Álvaro Martínez, director del festival, posa en el hotel Innside by Calvià Melià Beach de Magaluf. | Pilar Pellicer

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El Mallorca Live Festival pone en marcha la cuenta atrás para su edición de este año. The Kooks, Vetusta Morla, Bad Gyal, The Black Eyed Peas, Moderat, Peggy Goy, The Chemical Brothers, Bomba Estéreo, Viva Suecia o Quevedo son algunos de los grandes nombres que harán vibrar el recinto ubicado en Magaluf, en el emplazamiento del antiguo Aquapark de Calvià, donde se puede ver estas jornadas el crecimiento de los cinco escenarios. Tres días, del 18 al 20 de mayo, de música y fiesta que no se limitan a esta zona de Mallorca sino que contará con varias actividades complementarias. Su director, Álvaro Martínez, confiesa con buen humor que no cree que pueda disfrutar hasta el tercer día, «que es cuando me puedo relajar de verdad», hasta entonces «llega la etapa de mayor intensidad» en esta última semana.

¿Cómo están los nervios a una semana del inicio de los conciertos?
—Es nuestra etapa de ejecución de todo aquello en lo que hemos estado trabajando este año. Sentimos que hay una gran expectación por el cartel, por las mejores que hemos incluido, ya que tenemos muchas novedades, y el móvil no para de sonarme de gente que va a venir.

El año pasado 72.000 asistentes pasaron por el festival, ¿qué datos se maneja este año?
—Muy similares, pero más equilibrados. El año pasado tuvimos un pico el viernes y este año el orden es ascendente. Esperamos más gente el viernes y el sábado, ya que el jueves es entre semana, lo que nos permitirá entrar en calor para los días fuertes. Además, estamos enfocados en las mejoras.

Habla de mejoras y es cierto que el año anterior hubo algo de confusión el primer día, ¿qué se ha hecho para prevenirlo y que otras medidas se han tomado?
—Principalmente hemos puesto el foco en los accesos. El tema de las pulseras, que fue algo candente, ha sido mejorado porque las hemos enviado a casa de forma que ya la tienen todos los asistentes de la primera etapa. Hemos extendido la validación en Porto Pi a 10 días y vamos a tener buses y taxis desde Son Moix, Part Forana y Calvià, lo que asegura que todos llegarán con tiempo y logramos dos cosas: minimizar las validaciones en los accesos y y llegar con movilidad sostenible a través del partner con Endesa. A eso quiero añadir la colaboración con Cleanwave, que nos ayudará a reducir plásticos, algo que hacemos desde el corazón.

En relación al cartel de este año, tras poner el listón muy alto en 2022, ¿cómo han conformado los artistas de esta edición?
—Ha sido un año duro a nivel de artistas porque han girado menos que en años anteriores, pero estamos muy satisfechos con el cartel que hemos conseguido. Regresar al mes de mayo, además, es complejo porque muchos artistas comienzan sus giras europeas el 1 de junio y, sin embargo, hemos podido contratar nombres que vienen a hacer un one-off, hacen su concierto y regresan a sus países. Ha sido, pues, más intenso, pero tenemos artistas consagrados internacionalmente como cada año con distintos estilos y se nota en la gente que responde comprando los tickets.

El eclecticismo es marca de la casa.
—A diferencia de otros festivales de mayor trayectoria, comenzamos en una época en la que la era digital es muy importante, con plataformas como Spotify, que han hecho que el público sea mucho más ecléctico a la hora de escuchar música. La gente busca más la calidad musical y no tanto un estilo. Nosotros tenemos cinco escenarios y nos podemos permitir tener varios géneros y el público, dependiendo de sus preferencias, se puede ir moviendo y disfrutar de todo.

En 2022 se estrenó el formato de tres días, cuando antes era de dos, y ahora repiten, ¿es una fórmula que ha llegado para quedarse?
—El festival es una experiencia y nuestra intención desde el minuto uno es posicionar a Mallorca dentro del calendario internacional de festivales y dinamizar económicamente el turismo y la Isla. Nuestro objetivo es que además de los tres días, el festival dure una semana con actividades repartidas por la Isla y puedan integrarse a la ciudad, para aprovechar esa audiencia y mostrar a la gente, tanto nacional como internacional, todas las cualidades que tiene la Isla, que son muchísimas. De hecho, este año tendremos un evento en Sa Fonda de Deià, tendremos conciertos en Porto Pi, haremos actividades paralelas en un Beach Club con un artista internacional muy potente, etcétera. Queremos crear un clima festivo.

¿Es firme la apuesta por Magaluf?
—Sí, y llevamos ya ocho años, pandemia de por medio. Fue una iniciativa desde la organización, la casa Melià, que nos trata muy bien, y el Ayuntamiento de Calvià, los tres pilares que se necesitan para que el festival funcione. El espíritu es el mismo: posicionar Calvià, y sobre todo Magaluf, como un destino musical y cultural, y estamos convencidos de que el tiempo nos está dando la razón ya que, en alguna época, se ha caracterizado esta zona por excesos, pero estamos convencidos de que el turismo que viene atraído por la música es sano y le gusta el ocio responsable.