Montserrat Dezcallar Sitjar, padre Biju Thomas, Elena Sáiz Santamaría y padre Jesús Miguel, ayer en la iglesia del Socors de Palma. | Jaume Morey

TW
0

La iglesia dels Socors de Palma y, concretamente la imagen de Santa Rita de Casia, cuenta con una gran devoción entre el público. Prueba de ello es que la restauración que han llevado a cabo durante más de medio año Montserrat Dezcallar Sitjar y Elena Sáiz Santamaría (Es Taller) ha puesto de manifiesto que esta talla policromada del siglo XVIII estaba cubierta de «varios milímetros de una capa de espesor procedente de la grasas de las manos y la boca, incluso con pintalabios».

Este factor, sumado al inevitable paso del tiempo y a «desafortunadas intervenciones» a lo largo de los años hizo que fuera «urgente» recuperar no solamente Santa Rita –obra de 1758 atribuida a Andreu Carbonell–, sino todo el conjunto escultórico, que incluye el retablo –creación de Mateo Juan, que la realizó entre 1715 y 1723– y el camarín –nicho que alberga la imagen de la Santa, de 1758 y autor desconocido–.

Proceso

«El proceso empezó en octubre, desmontando unas cuantas piezas de la balconada y poniendo unos andamios, comenzando por el ático del retablo. Nos hemos encontrado muchas sorpresas, especialmente referentes a las diferentes intervenciones que se han llevado a cabo, unas más acertadas que otras. Por ejemplo, todo el retablo estaba cubierto de purpurina, una pintura dorada difícil de eliminar. De hecho, para quitarla, hemos tenido que hacer una restauración mecánica, a punta de bisturí, para sacar las capas que tapaban la original. La parte de abajo estaba muy desgastada, llena de grasa de manos y bocas, con restos de pintalabios que se iban acumulando junto a la procedente de la iluminación de las velas y al polvo del ambiente», detalla Dezcallar Sitjar, directora del proyecto.

En este sentido, Sáiz Santamaría asegura que «llevo 25 años como restauradora en Mallorca y es la restauración más complicada que hemos hecho. Aunque el retablo es del barroco, tiene muchas piezas puestas posteriormente, probablemente de la época romántica, y había tal cantidad de intervenciones que ha sido un gran reto unificarlo todo, que tuviera cierto orden y una lectura correcta».

Para proteger la Santa, colocarán una plancha de metacrilato en la parte inferior de la imagen. Para el rector de la iglesia, fray Jesús Miguel, la restauración ha permitido «recobrar el esplendor primitivo» de Santa Rita. Otra actuación importante es la recuperación del antipendio o frontal de altar, realizado con la técnica de estuco policromado, a la manera veneciana. Finalmente, el párroco avanza que se recuperará uno de los ángeles de la predela del retablo, una pieza de madera tallada y policromada del siglo XVIII.

«En 2009 hubo una ola de robos en algunas iglesias de Palma, como en Monti-Sion y en Génova. En nuestro caso, robaron uno de esos ángeles. Denunciamos los hechos y la policía, que identificó a los responsables, pudo recuperar algunas piezas, pero ese ángel sigue perdido. Pusimos planchas de mármol con los dos escudos de la orden que hoy pueden verse. A raíz de la restauración decidimos recuperar el original y, aconsejados por las restauradoras de Es Taller, decidimos que el escultor Bernat Miquel Serra Aloy hiciera una copia del original que falta», relata.

Ángeles de la iglesia del Socors de Palma
A la derecha, el ángel original de la predela del retablo. Es una pieza de madera tallada y policromada del siglo XVIII. La otra pieza, fue robada en 2009. A la izquierda, la réplica que ha hecho el escultor Bernat Miquel Serra Aloy en el inicio del proceso.

El artista, por su parte, recalca que el original es de madera policromada, mientras que su pieza es de terracota, aunque es un detalle que no será tan visible a primera vista. «Ahora tenemos que esperar tres semanas a que se seque y luego lo policromarán, para que se parezca más», añade. Está previsto que en poco más de un mes concluya este proceso. Todo ello, recuerda el rector, «sin ayudas oficiales» y gracias a la «generosidad» de los fieles y de la comunidad de los agustinos del Socors.

«Todo esto confirma que Santa Rita es la abogada de los imposibles. Porque si hace unos meses me hubieran dicho que todo esto sería posible no me lo hubiera creído. Es casi un milagro. Cuando los devotos me preguntaban por ella yo les decía que estaba de crucero, que ya volvería. Ahora, gracias a Dios y a las restauradoras, regresa rejuvenecida y preciosa», concluye fray Jesús Miguel.