Un instante de la función en la que los tres protagonistas se funden en un abrazo.

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El autor mallorquín Miquel Mas Fiol continúa expandiendo su mirada sobre la realidad con la obra Cr#sh (tothom pot caure), que se estrenó recientemene en La Villarroel de Barcelona y que llega ahora a Mallorca los días 11, en el Teatre d’Artà, a partir de las 20.30 horas, y al Teatre Principal d’Inca el día siguiente, el 12, a partir de las 19.00 horas.

Mas Fiol se encarga de la dirección de esta obra que cuenta con la producción de la compañía Mea Culpa y la protagonizan Alba Flor, Gerard Franch y Carla Vilaró. Mas Fiol, autor de obras como Primavera de bèsties y Sa Pesta, es también el fundador de la compañía Ovnipresents y fue seleccionado como el director residente en el Teatre Tantarantana de Barcelona.

En el caso de Cr#sh pone sus dotes de dirección al servicio de una historia que trata la salud mental y la coloca en el centro del escenario. La obra se ubica en el marco de una prueba deportiva en la que tres jóvenes reviven los momentos más duros de su adolescencia. Con cada instante se muestran fragmentos de una juventud donde no se hablaba de ansiedad, autoestima o salud mental, que es justo de lo que quiere hablar la obra.

Desde un punto de vista humorístico y vitalista, a medio camino entre el testimonio propio y la ficción, pretende ser un canto a la autoestima y a los cuidados para hablar de un tema que, pese a los esfuerzos llevados a cabo, sigue siendo un tema tabú: la salud mental y, en especial, la de los adolescentes.

Desde un inicio, detalla Mas Fiol, querían que el proyecto fuera riguroso, hecho con amor y delicadeza, pero, sobre todo, honesto. El dramaturgo de sa Casa Blanca explica que no se puede hablar de emociones y sentimientos sin la honestidad de las personas que lo hacemos posible, por lo que «teníamos que ser sinceros con nuestras experiencias y con nuestra visión del mundo».

Por ello, Cr#ash pretende ser un espectáculo hecho por jóvenes para jóvenes, sin juicios de valor, sin paternalismos, sin querer ser condescendiente y todo ello a través de la metáfora de una carrera inacabable de obstáculos como puede ser la ansiedad, la angustia o la depresión. El paralelismo, obvio, pero no por ello menos interesante, es que se trata de una prueba constante en la que todo el mundo se ha visto inmerso en algún momento de sus vidas.

En el proceso de creación han hablado con un centenar de jóvenes a los que pedían llenar unos formularios y en la que la mayoría contestaba a qué es lo peor de ser adolescente con la respuesta de la salud mental y la falta de espacios para hablar.

A partir de ello, y con el asesoramiento de psicólogos, se hicieron una imagen del día a día y ahora, con esta obra, pretenden cuestionar los estereotipos para ofrecer unos nuevos y poner en tela de juicio aquellos normalizados. Todo ello a través del teatro para genera una conciencia crítica donde sea uno mismo quien tome decisiones y pueda disfrutar de la adolescencia.