Imagen promocional de Los Fresones Rebeldes, que esta tarde actúan en la sala Club Mutante de Palma.

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Antes de que Love of Lesbian y Lori Meyers inscribieran al indie en la cultura de masas, existió una banda que reclutó para la causa a un buen puñado de almas mainstream, allá por 1997. Una canción tuvo la culpa: Al amanecer, un pop simplón y naïf de Los Fresones Rebeldes con más gancho que Mike Tyson. Los catalanes visitan el Club Mutante esta tarde, a las 17.00 horas.

La canción se metió en el bolsillo a tantos seguidores de The Smiths como de Hombres G. Menuda paradoja. En esa atracción dual radica el mayor encanto de Los Fresones Rebeldes o, como en toda buena ambivalencia, su dimensión más irritante. La banda de Felipe Spada regresa a la carretera con un repertorio tan directo como sincero y pueril. Dos décadas después siguen sonando tan anglófilos como de costumbre, aunque también les pierde la cultura francesa y el sonido yeyé que les acerca a Los Brincos y Fórmula V. En cuanto a las letras, el romanticismo hincha las velas de su lírica. Afables, bienintencionadas y exentas de sarcasmo, abogan por un amor transformador, como predestinado por el cosmos.

Formados en Barcelona en plena explosión indie noventera, alcanzaron notoriedad gracias a una maqueta enviada a Juan de Pablos, director del programa de Radio 3 Flor de Pasión. Al comunicador le apasionó tanto el sonido fresco y directo de la banda que estuvo un año entero programándoles. En las navidades de 1997 grabaron su primer single, el exitoso Al amanecer, con Spicnic, un pequeño sello albaceteño fundado por los hermanos Mauro y Nacho Canut.

Es entonces cuando Subterfuge se interesa por ellos iniciándose una relación a tres bandas: graban varios singles para Spicnic y los LP son para Subterfuge. Y por fin llega el primer y esperado álbum titulado ¡Es que no hay manera! (Subterfuge, 1997), con el que se dieron a conocer por toda España como la gran esperanza del pop. Su primer sencillo iba acompañado de un divertido vídeo rodado en el Parque de Atracciones de Madrid. Los Fresones Rebeldes aterrizan en Palma cargados de hits fundamentales del pop español, un repertorio que, cabe recordar, dio la vuelta al mundo conquistando el mercado latinoamericano.