Laia Costa en la rueda de prensa en el hotel Portixol. | Emilio Queirolo

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Laia Costa fue la primera actriz no alemana en ganar el Lola, máximo galardón del cine germano, y también fue nominada a los Bafta, el máximo reconocimiento del cine británico, por su papel en Victoria. Para entonces, Costa ya había trabajado bastante, pero ese rol fue un antes y un después. A partir de ahí, su carrera se ha internacionalizado, pero sin alejarse del cine independiente. Y es ahí donde ha encontró Cinco lobitos, la cinta de Alauda Ruiz de Azúa que se estrenó en el Festival de Cine de Berlín y cosechó varios premios en el Festival de Málaga. Hoy, se proyecta en el CineCiutat, a las 19.30 horas, con la presencia de la propia actriz enmarcada en el Evolution! Mallorca International FIlm Festival, que mañana le entrega el Evolutionary New Talent Award.

Costa estuvo por la mañana en el Portitxol Hotel, sede de la undécima edición del festival, donde atendió a la prensa y explicó que su papel en la peli de Azúa llegó en un momento «en el que se me juntaron varias cosas personales», como el hecho de ser madre y la manera en que la pandemia le afectó. Costa detalló que «buscaba un trabajo que fuera a mi favor, tranquilo. Me dieron a leer el guion y me encantó. Por aquel entonces yo estaba embarazada de tres meses y al dar a luz volví a leer el guion y fue otro completamente». De hecho, Costa explicó que «si la directora hubiera propuesto hacerlo en estilo de método no lo hubiéramos podido hacer mejor».

La cinta Cinco lobitos trata, precisamente, la situación de Amaia, a quien da vida Costa, una madre primeriza que al ver los cambios que su bebé va a suponer decide irse al pueblo de sus padres para que la ayuden, pero al llegar los roles se intercambian puesto que la madre cae enferma, y ella se ha de convertir en madre de casi todos. Para Costa «la película nos muestra nuevos tipos de maternidades y he descubierto que hay tantas como madres y tantas paternidades como padres». De hecho, una de las mayores ventajas que extrae la actriz del proyecto es que «hay que ser respetuoso y no opinar de lo que no sabemos porque hay muchas formas de maternidad, desde las no-maternidades, hasta las no deseadas. Mi experiencia es la mía y punto», concluyó.

De ahí extrajo la idea de no juzgar a la ligera las situaciones ajenas, y señaló que «a veces te puedes sentir identificado con los cuatro personajes de la película, la madre, los abuelos o Javi, mi pareja en la cinta, pero también puedes odiarlos a todos, y ese es el tono de la película, que sabe conectar con todo el mundo sin prejuzgar. Al final, estamos todos medio tarados y cada uno tiene su historia».

También hizo hincapié en los cuidados, algo que la cinta pone a su vez de relieve y que Costa reflexionó como «algo muy interesante» e indicó que «es algo que yo juzgaba muy a la ligera y me he dado cuenta de que ahora no es que estemos tampoco mucho mejor». Para ilustrar esto, Costa relató que «las generaciones de nuestros padres tenían un pacto en el que él trabajaba y ella cuidaba de la casa. Y es algo que te gustará más o menos, pero llegaban a final de mes. Ahora, sin embargo, los dos trabajan con salarios precarios y no pueden pagar ni un jardín de infancia para sus hijos. El paradigma es que hay problemas en todas partes, aunque ninguna de las dos situaciones sea ideal».

Finalmente, Costa también habló de la maternidad fuera de la pantalla, un tema que no solo trata en la cinta que presenta hoy, sino también en Suro, cinta protagonizada por la mallorquina Vicky Luengo y de la cual Costa es productora ejecutiva. La actriz deseó que «nadie debe sufrir por ser madre y es algo que no debe quedar determinado por la suerte, pero la realidad es que cuando una mujer es madre su carrera queda afectada irremediablemente». A pesar de todo, Costa confesó que a ella «me ha afectado más la pandemia que la maternidad», pero es consciente de que es «un chip que tenemos que cambiar».

En definitiva, Costa se mostró muy encantada y orgullosa del trabajo realizado en Cinco lobitos y avanzó que «sentí que hacía una apuesta segura por esta película, aunque no todo el mundo lo creyera. Para mí es un paso firme». Y también habló maravillas de Azúa, la cineasta, a quien acompañó al estreno en Berlín del filme y de cuya experiencia de rodaje habló como «una vuelta a la esencia del cine».