El dibujante Ata Lassalle, patrón de Autsaider Cómics. | Pere Bota

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Sin atisbo de arrogancia o pedantería, Ata Lassalle afirma que la editorial que fundó hace diez años, Autsaider Cómics, se dedica a publicar «los libros que, a priori, nadie daría a conocer». El sello fundado en Llubí –aunque Lassalle de avisa que no tiene una sede física– empezó su andadura con Rojo, una caja que contenía 16 «minicómics» en la que participaban «jóvenes promesas, auténticos consagrados y sospechosos habituales de la escena del cómic underground» como Paco Alcázar, Miguel Ángel Martin, Furillo, Darío Adanti, José Tomás, Nacho García o Joan Cornellà, entre otros.

Después, vendrían muchos otros entre los que Lassalle destaca la primera monografía, Submundo, de Kaz, al que le siguieron dos volúmenes de la misma saga. Se trata de «un autor estadounidense que llevaba publicando esta tira cómica en la prensa alternativa americana desde hacía 25 años y aquí nadie se había atrevido a publicar», asegura el editor. «Es uno de los tebeos que formarían una teórica colección de ‘inexplicablemente inéditos’, obras internacionales del cómic underground de reconocido prestigio mundial e ignoradas y desconocidas en castellano».

A esta lista nada despreciable, cuenta, se podrían añadir Tokyo Zombie, de Yusaku Hanakuma, «la primera parodia que se hacía en la historia del género zombi, tanto en cine como en cómic o cualquier otro medio», Cowboy Henk, de Seele y Kamagurka, «un personaje que en su Bélgica natal tiene esculturas en plazas; una serie televisiva de imagen real y de dibujos e incluso sellos de correos». En este apartado también sobresale Melody, Diario de una stripper, de Sylvie Rancourt, «la primera mujer en autoeditar su obra y pionera del género autobiográfico en Canadá».

En el ámbito nacional, de humor más «gamberro y transgresor», figuran Irene Márquez, «la reina del humor negro»; Juarma, «que practica una especie de humor malhumorado, mezclando el odio con lo sensible»; Furillo, «digamos que es el rey del humor marrón»; Don Rogelio J, que centra sus trabajos en «distopías en las que la cultura es perseguida» o Adrián Bago, quien «se inmola en obras de autoficción».

Sin duda, el éxito de esta década de trayectoria fue la publicación de Primavera para Madrid, de Diego Corbalán ‘Magius’. La obra, publicada en el pandémico verano de 2020, se llevó el Premio Nacional de Cómic hace justo un año. No ha sido el único reconocimiento para Autsaider Cómics, pues en 2015 Nosotros llegamos primero, uno de los títulos más destacados de la editorial, se llevó el premio a la mejor obra aragonesa en los V Premios del Cómic Aragonés del Salón del Cómic de Zaragoza, además de conseguir nominaciones, ese año, en el Saló del Còmic de Barcelona para Cowboy Henk, de Herr Seele y Kamagurka, y Nosotros llegamos primero, de Furillo.

Público

Lassalle asegura que Autsaider, que ya alcanza más de cien autores y 40.000 ejemplares vendidos, no es «para todos los públicos, tiene su audiencia y podría crecer, pero nunca va a ser mainstream o generalista y tampoco tenemos lanzamiento al ritmo tan vertiginoso de otros sellos, que suelen tener dos o tres títulos nuevos cada mes. Nosotros lanzamos entre seis y ocho al año. Lo más importante es sentir una conexión especial con lo que haces, que cuando te llega un proyecto digas: ‘guau, quiero formar parte de esto’. No tener vocación comercial es el freno para muchas editoriales. Los de Autsaider Cómics, afirma, son libros destinados a quien sepa apreciarlos», concluye. Para finales de noviembre, se suma a la colección El Maestro, de Furillo. «Humor escatológico pasado de rosca con un dibujo muy minucioso», destaca el editor.