Miki Picó en una imagen reciente en Palma.  | miquel a. canellas

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«De pequeño, en vez de grabarme a mí, era yo quien grababa a mis padres». Lo cuenta Miki Picó para demostrar lo apegado que ha estado siempre a las cámaras de fotografía: «Llevo toda la vida». Esa pasión es la que le ha llevado a vivir uno de sus veranos más movidos con su objetivo apuntando a numerosos artistas durante sus conciertos como Marc Seguí, Xavibo o Álvaro de Luna, entre otros, y con la dirección de sus primeros videoclips dando rienda suelta a su creatividad.

«Con 15 años ya tenía claro lo que quería hacer», relata Picó que añade que «aunque estuve un tiempo haciendo producción musical, lo que me gustaba era grabar». Fue entonces cuando sus padres le «apoyaron» y pudo cursar sus estudios en el CEF. Allí se dio cuenta de que «lo que pensaba que era un hobbie podía ser realmente un trabajo», detalla.

A su formación profesional, Picó le suma su conocimiento de las redes sociales, entorno en el que se ha criado y en el que se mueve como un hábitat natural. «La importancia de las redes es importantísima para un artista y su imagen». Además, «la industria ha crecido muchísimo en unos años, por lo que hay mucho que hacer». Entre los últimos proyectos, Picó cuenta fotografías durante conciertos a Nathy Peluso; Cupido, la formación de Pimp Flaco; Marc Seguí; Xavibo; o la gira de Álvaro de Luna, que recaló hace poco en Mallorca. Además de eso, cuenta con participación en videoclips de Natalia y Ayax y Prok, por ejemplo, así como la dirección de Duelo, el vídeo del tema de Irene Ferreiro, artista y actriz que sale en Cerdita, película de Carlota Pereda, o la dirección de Fantasía, de Julieta Sol.

Picó explica que el se basa mucho en el estilo «urbano de Estados Unidos» para los vídeos, de tipo «frenético, que duran poco, pero no paran», mientras que a la hora de fotografiar conciertos su premisa es sencilla, pero potente: «Que parezca que ha sido el mejor en el que has estado nunca».

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También es consciente de lo «importante» que es tener una buena relación con los artistas, quienes «valoran mucho esa afinidad». Además, asegura haberse dado cuenta de que «el trabajo es trabajo, pero intento ser lo más amable y simpático y dar toda la ayuda que pueda para que el artista esté contento».

En cuanto a la estética, Picó asegura seguir mucho la «que el propio artista desprende en redes» y trabajar con ellos «para saber qué buscan y desarrollar esa idea mejor». Eso le ha llevado a tener una muy buena relación con algunos como Marc Seguí y Xavibo, además de poder conocer y conectar con otros como la propia Irene Ferreiro, logrando gestar un portafolio muy interesante.

Picó tiene claro que su interés es «continuar con los videoclips», fundando en algún momento del futuro su propia productora, pero en el corto plazo sus planes inmediatos pasan por trasladarse a Madrid y continuar aprendiendo bajo el paraguas de Luis Moranta y Óscar Fernández en Phoskifilms.