Cerca de 30.000 personas asistieron a la jornada inaugural del Mallorca Live en el antiguo Aquapark (Calvià).

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El tenista Roberto Bautista sellaba su pase a la final en la hierba del Mallorca Championships y, a pocos kilómetros de allí, sobre el asfalto del antiguo Aquapark de Calvià, sonaban los acordes de Gran Amant en el Mallorca Live Festival. El grupo, que ha vuelto a la carretera tras unos años de parón, lo lidera Gerard Armengol, chef e ilustrador mallorquín que ha publicado en The New York Times. Ya no hay toboganes de colores con formas serpenteantes ni largas piscinas de olas en el recinto de Magaluf. El terreno del extinto parque acuático se ha convertido, desde este viernes y hasta mañana, en una especie de parque jurásico: hay cinco escenarios, dos de ellos mastodónticos, por cierto, habitados por criaturas que tocan canciones, bailan y hacen feliz al personal, a los ‘livers’, por bautizarlos de algún modo.

Los coches jugaron al tetris para aparcar en el descampado de tierra frente al polideportivo de Magaluf, que fue escenario de un botellón a pleno sol. Sillas de playa, mesas y alguna que otra caravana cuyos ocupantes preveían pasar la noche allí. Era la previa. Autobuses del TIB desembarcaban en la rotonda de Piratas a hordas de personas que ansiaban obtener la pulsera para acceder cuanto antes al evento. La cola, a treinta grados y sin sombra, avanzaba relativamente deprisa. Un joven ofrecía croquetas a algunos de los asistentes para amenizar la espera. «Hay que llenar el buche, hacer pared para el alcohol». El paseo hacia el festival transcurre entre florecidas adelfas y karts. Asoman gallinas con sus pollitos, que corren asustados cuando ven tanto trasiego.

«Este es el escenario más grande en el que hemos tocado en nuestra vida, vamos a disfrutarlo», decía Pau Gual, capitán de Go Cactus y empleado en una prestigiosa empresa de diseño de lámparas. «Y en el que probablemente toquemos». Los tres chavales, que no pasan de la treintena, tuvieron gran acogida (más allá de sus compañeros de trabajo). Entre las criaturas también estuvo Rigoberta Bandini, aclamada por una mujer a través de un megáfono. A las 20.35 aún no había aparecido Paula Riubó, la cantante catalana, y ya se escuchaba la letra de Ay mamá. El público enloqueció. Euforia. «No sé cuánto hace que Julio Iglesias no pisa Mallorca, pero hoy está aquí». Juego, set y partido para Rigoberta, que versionó el La, la la de Massiel, y sus himnos. «Soy una truhana, soy una señora». El Mallorca Championships acaba hoy pero el Mallorca Live sigue. Y, como canta la artista, ‘a ver qué pasa’…