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Muy probablemente, la de este sábado pase a ser una de esas fechas que quedarán para el recuerdo de quienes la vivieron en directo. Ambientazo y cartelón en el concierto de regreso a los escenarios en Mallorca de Antònia Font. La jornada promete, por mucho que la temperatura fuera pelín asfixiante.

Según la organización, el Poliesportiu Mateu Cañellas rondaría una ocupación de entorno a las 12.500 personas más invitados, aunque a primera hora, con un sol de justicia, tan solo unos pocos valientes se apostaron frente a la cabina surtida de buenas intenciones de Albert Pinya, en su faceta DJ. Ya con Miquel Serra sobre el escenario, la cosa ha ido cogiendo color, transformando el verde piso del multiusos de Inca en un pequeño hervidero de fans, aun dispersos entre los clásicos puntos de venta de tentempiés, refrescos y cervezas.

La organización, al menos de inicio, se ha mostrado tan fiable como un coche alemán. En su concierto como telonero de Antònia Font, el manacorí navega con la vela del instinto, salteando sus pequeños clásicos con algunas de sus nuevas canciones, reunidas en su último álbum Una casa és pànic.