Rodrigo Pérez Vila, en primer término, antes de su declaración en el juzgado el pasado mes de abril. | Redacción Cultura

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La Fiscalía Anticorrupción reclama una condena de ocho años de cárcel para el saxofonista Rodrigo Pérez Vila, al que acusa de haber estafado al Institut d’Estudis Baleàrics, al Consell Insular y a Cort más de 300.000 euros con facturas falsas. El caso ha sido tramitado de forma exprés en el Juzgado de Instrucción 12 de Palma después de que el propio acusado reconociera ante el magistrado la falsedad de los documentos que presentó a las administraciones para justificar las decenas de subvenciones que recibió entre 2013 y 2019. Así, ante la contundencia de las pruebas documentales, el magistrado instructor decidió iniciar los trámites para juicio sin tomar apenas declaraciones. Además de Pérez Vila también está acusado uno de sus exalumnos y colaborador, a quien se reclama por parte de Anticorrución una pena de 21 meses, también por falsedad y estafa.

La trama de Pérez Vila se destapó cuando una funcionaria del Institut comprobó una factura con una agencia de viajes. La empresa no la reconoció. A partir de ahí se comenzaron a revisar más documentos: viajes a Japón, China, Cuba y medio mundo. Todas esas actividades recibían subvenciones para promoción de artistas baleares en el exterior. Sin embargo, de muchas no consta que se llevaran a cabo o que Vila interviniera en ellas.

Facturas

Otro paquete de facturas corresponden a honorarios de músicos por participar en conciertos y actividades en las que actuaban de forma gratuita. Esto, según las acusaciones, ocurrió en varias ocasiones con alumnos suyos del Conservatori de Palma. Los músicos no recibían pago alguno por los viajes o lo hicieron de forma esporádica. Sin embargo, a las administraciones se les presentaba documentación como que habían cobrado. Según algunos testigos que declararon ante la Policía Nacional, la participación en esos eventos era obligatoria porque    se entendía que formaba parte de los estudios y nadie se negaba a realizarlos. Incluso los estudiantes adelantaban el importe de los viajes y del alojamiento para estos viajes promovidos por Pérez Vila.

En su declaración ante el juez instructor, el exprofesor reconoció que sí que presentó documentación falsa elaborada por él mismo. Sin embargo, defendía que no había engaño a las administraciones porque, según sostiene, todas las actividades se llevaban a cabo. Se excusaba en que le resultaba muy farragosa la tramitación administrativa de cada uno de los expedientes y que, por eso presentaba documentación que él mismo fabricaba. También se comprometió a presentar justificantes reales y entregó al juicio varios pendrive con esa supuesta documentación. Esos documentos no convencen ni a instructor ni a Fiscalía.

Confesión

El otro acusado sí reconoció de forma íntegra los delitos y apuntó a la relación de ascendencia que sobre ellos tenía Pérez Vila. Tras la presentación de la calificación provisional por parte de la Anticorrupción falta que lo hagan el resto de acusaciones personadas, que representan al Govern, quien denunció el caso, Consell y Ajuntament de Palma. La administración más afectada por el supuesto fraude es, de lejos, la autonómica en una cantidad que supera los 200.000 euros. Le sigue el Consell, que también otorgó subvenciones a Vila por valor de 115.000 euros. El saxofonista fue despedido por el Conservatori al estallar el caso por mala fe contractual por haber empleado a compañeros.