El director de cine mallorquín Daniel Monzón (derecha) posa en los Goya junto a su compañero Jorge Guerricaechevarría. | Academia de Cine

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La gala de los Premios Goya fue, sin duda, una noche «mágica y divertida, llena de emociones» para el mallorquín Daniel Monzón (Palma, 1968), que saboreó de nuevo las mieles del éxito y el reconocimiento de la Academia de Cine. Su película Las leyes de la frontera se alzo con cinco ‘cabezones’, entre ellos el de Mejor Guion Adaptado para el propio director de cine. Todavía algo cansado tras una noche eterna, pero con la adrenalina todavía corriendo por sus venas, Monzón charló este domingo con este diario horas después de imponerse como uno de los grandes vencedores de una velada que recordó a aquella gloriosa noche de 2010 en la que su filme Celda 211 arrasó en el palmarés.

¿Ha digerido ya todo que ocurrió anoche –por el sábado– en los Goya?

—Fue una noche que viví muy intensamente, porque se dio la circunstancia de que la mayoría de premios a los que optábamos se dieron en la primera hora de la gala. Fueron cayendo premios uno tras otro, aquello cogió intensidad y fue muy divertido y emocionante. Los premios son muy importantes y te ayudan, pero el mejor es la respuesta del público.

De los cinco premios, ¿quizá fue el de Mejor Guion Adaptado el que le hizo mayor ilusión?

—Me hizo especial ilusión, sí, pero en realidad todos los premios me hacen ilusión. Considero que esos premios los hemos ganado todos los miembros del equipo, que es la gente que ha trabajado muchísimo y que se embarcó en esta aventura conmigo. El premio al Mejor Guion Adaptado fue extraño porque compartía nominación con Agustí Villaronga, a quien quiero y admiro.

Tanto es así, que lo primero que dijo al recoger el galardón fue un gesto para Villaronga.

—Nos conocemos desde hace ya muchos años y hemos coincidido en muchas galas de premios y festivales. Él me entregó en 2010 el premio de la Associació de Cineastes de Balears (ACIB). Siento admiración por él, es uno de los cineastas más interesantes del actual panorama nacional y europeo. Cuando estrenó Tras el cristal, cuando yo todavía no dirigía, me maravilló. Agustí es rompedor, provocativo, todo lo que hace genera emociones y mucha intensidad.

La cinta El ventre del mar, de Villaronga, solo tenía una nominación. ¿Merecía más?

—Sí, así es. De hecho, a los Premis Gaudí sí que tiene 12 candidaturas, algo que tiene mucho más sentido para una película como esa, que es un prodigio en todos lo sentidos. Igualmente, la película ha tenido un recorrido muy grande, triunfó en Málaga, está en los Gaudí y tuvo su representación en los Goya.

Reparto de 'Las leyes de la frontera'.

Fue una noche de reencuentros.

—Justo sentado detrás de mí estaba sentado mi gran amigo Luis Tosar [el inolvidable protagonista de Celda 2011 con su papel de Malamadre] y estaba muy emocionado también. La alegría de los presentes fue constante, mucha gente se acercó a felicitarme, como Nora Navas o José Sacristán, muchísima gente.

Hubo muchos mallorquines en la gala: Joan Bover, también nominado; Toni Bestard y Marcos Cabotá también asistieron.

—Estuve con Joan [Bover] y de verdad que me apenó mucho que no ganara. Igualmente, su corto es maravilloso y con estar ahí ya tiene un premio.

Tras los Goya, ¿qué proyectos tiene de cara al futuro?

—Siempre tienes proyectos en un cajón. Pronto me reuniré con Jorge Guerricaechevarría –su colaborador habitual– y veremos qué hacemos.