El cineasta sueco Simon Güllstrom firma esta cinta grabada en verano en Porreres.

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Dos personas se citan en medio de la nada. Un hombre y una mujer, cada uno en su coche. Ella, una chica joven, pero con una mirada madura. Él, alguien curtido que ha visto y hecho demasiado. Ella, quiere desaparecer. Él, puede hacerlo posible. Esta es la trama de I just want to disappear, un cortometraje rodado en Mallorca el pasado verano y dirigido por el cineasta sueco Simon Güllstrom, que acaba de realizar en Estocolmo su primer screening.

El director, que conoce muy bien la Isla ya que pasó en ella desde los 8 hasta los 12 años, explica que buscaba un ambiente de tipo «western», pero «con un toque rico y de bosque», por lo que no pudo hallar mejor lugar que Porreres para el rodaje. Los dos actores que protagonizan la cinta son Maite Navarro y Niall Bal. En el caso de él, que hace de Frank, Güllstrom detalla que «tenía claro que iba a ser él porque le da una dimensión enorme al personaje». Mientras que Navarro, que es de Mallorca, fue a través de un cásting y la escogió porque «tiene una técnica muy buena y consigue darle matices a su papel».

El equipo, que cuenta con Lourdes Segura como productora, ha logrado un trabajo que «reflexiona sobre muchos temas», pero no en la superficie, sino que hay que saber leer entre líneas. Desde «el deseo irrefrenable de querer desaparecer y dejarlo todo», algo acerca de lo cual Güllstrom explica que «todos hemos sentido eso alguna vez», hasta «la salud mental y lo difícil que es para mucha gente navegar por la vida».

A pesar de todo, el filme no otorga una respuesta cerrada ni hermética en lo que propone, sino que «está muy abierto a interpretaciones», que es algo «que disfruto mucho». Tras sus primeros pases con público en Estocolmo, Güllstrom entra en una fase de «búsqueda de festivales a los que enviarlo», sin obviar, por supuesto, la posibilidad de que pueda recalar en Mallorca, el lugar que vio al proyecto nacer, crecer y formarse.