El dibujante e ilustrador mallorquín Pepmi Garau. | R.C.

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«De pequeño nunca dije que quería ser dibujante». Esa frase lapidaria no se cumplió. El mallorquín Pepmi Garau se olvidó de las otras modas pasajeras que tuvo cuando era tan solo un niño para dedicarse a una pasión que se ha mantenido toda su vida, la de dibujante de animación e ilustrador. Una labor que le ha llevado a dos nominaciones a los Premios Goya en dos cintas en las que participa: el largometraje de animación Valentina y el cortometraje Nacer. «Primero quería ser veterinario o carpintero, y después de ver Jurassic Park mi sueño era ser paleontólogo. Al final, esas dos intenciones laborales se fueron y opté por lo que me había gustado siempre, los dibujos», asegura Garau.

Después de cursar la diplomatura de Diseño Gráfico, empezó a estudiar temas relacionados con el mundo de los dibujos animados y el diseño de personajes. «Mi primer trabajo fue en Santa Maria del Camí, en una empresa llamada 3D Video Graphics», recuerdo. Después, tras un paso no muy afortunado como profesor en la Universidad, ante la falta de estudiantes y la pérdida de trabajo decidió seguir con su sueño. Su carrera como freelance arrancó en 2010. «Tuve que decidir si me dedicaba esto desde Mallorca o me iba fuera. Quedarme fue arriesgado», confirma. La primera etapa no fue fácil. «Pasé tres años con poco dinero en el banco, pocos encargos y muchos nervios. Hasta 2013 no empezó a irme bien», confiesa.

Futuro

En esos momentos, un rayo de luz alumbró su futuro. «Llegué a pensar en dejarlo. Sin embargo, ocurrió un pequeño milagro. La gente empezó a comprar mis propias ideas», relata. La primera de esas ideas que salió al exterior fue un proyecto con el Ajuntament de Inca. El mundo de la animación, y del arte en general, depende mucho de los contactos y recomendaciones de otros profesionales. Uno de los que apostó por Pepmi Garau fue Agustín ‘El Casta’.

Poco a poco, los trabajos fueron llegando. Galicia se convirtió en uno de los primeros lugares que le acogió. Allí trabajó en una serie para Televisión Española, Tutu. Su papel varía en los diversos trabajos en los que aporta su talento. De storyboard, dibujos 3D, animación en 2D o layout. «Con estos proyectos fui creando un currículum profesional más importante», expone. Por el camino participó en varios proyectos entre ellos, su propia serie, Som Mai, de IB3, hasta que llegaron dos proyectos que pueden haber cambiado su carrera. Dos nominaciones a los Premios Goya 2022.

Uno de ellos, Nacer, está nominado a mejor cortometraje de animación. «Me contactó Carlos Valle, el director, para hacer de layout en animación 2D». Para los no entendidos en la materia, Garau explica que «es determinar aún más cómo será la escena que se verá en pantalla, añadiendo sombras, brillos y posiciones de planos de las cámaras. Muy parecido al storyboard pero dándole una vuelta de tuerca más».

Nominaciones

La otra nominación le viene por el largometraje Valentina. La historia de este proyecto fue cambiando tanto que se convirtió en el antónimo de la idea original. Le llamaron para hacer el primer teaser en 2D. Las ideas están vivas y esa pensamiento inicial derivó en otro más grande. «Mi papel pasó a ser el de storyboard de todas las secuencias que llevan canciones». Además, en estos dos meses se eliminó una escena en 3D del largometraje para introducir una en 2D. «Me quité la espina que tenía y pude realizarla. Fue especial porque lo hice con otros dos amigos mallorquines, Xemi Morales y Cristina Torbellina», detalla.

Hasta la gala quedan tres meses, pero Garau ya está nervioso, aunque confía mucho «en ganar los dos premios». Es, sin duda, un gran paso en su trayectoria. «En el caso de que no ganemos, ya es una noticia increíble. Mucha gente del sector conocerá mi trabajo. Ahora, con 11 años de carrera a sus espaldas, con sus subidas y bajadas, Pepmi Garau parece haber encontrado su lugar dentro del fantástico mundo de la animación.