Samantha Hudson, en una imagen promocional de su nuevo disco, ‘Liquidación total’.

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Travesti, cantante, actriz, activista LGTB y defensora del arte creado en los márgenes, Samantha Hudson asegura que no tiene «ningún propósito real» de escandalizar, excepto quizás en el videoclip de su tema Por España, del disco que acaba de publicar, Liquidación total, y en el que, vestida de folclórica, dispara a un avatar de Franco a la cabeza.

«Hay que aspirar alto, pero después de eso, ya no sé qué más hacer», dice sobre ese ejercicio de «transgresión», «exigencias del audiovisual», en el que «juega» con «el imaginario patrio» mientras canta un tema que orbita desde el pasodoble y los aires rocíeros al «techno» esquizoide de la «Ruta del bakalao».

Es la muestra más extrema del conglomerado musical y estético que es su álbum Liquidación total (Subterfuge Records), del perreo a la balada. «No se me puede encasillar ni en un género sexual ni musical», remarca esta artista que igual responde como Samantha Hudson que como Iván González (León, 1999). El álbum arranca con Dulce y bautizada, título que le robó a una torrija bañada en licor de café, demasiado bueno para no buscarle un sentido en su universo, pensó, y así surgió este relato sobre la asexualidad en el que critica aspectos del mundo gay y en el que, por otro lado, afronta una «reconciliación con Jesucristo» después de Maricón, tema que le lanzó a la fama.

Balada

Además, convierte en personajes del imaginario pop al presentador Arturo Valls y al cocinero Alberto Chicote. «Quería hacer una balada de amor sin ser una pedorra, dándole un punto absurdo», explica sobre esta letra que escribió en lo que duró un recorrido urbano de autobús por Palma. «Todo me viene bien y me gusta toda la música. Lo próximo quizás sea un disco de merengue. Y cuando nadie me aguante, uno de cantos gregorianos o de versiones de Olé Olé», afirma quien, «contra todo pronóstico», reivindica la música como su faceta musical. «Aunque la gente se empeñe en lo contrario, soy cantante. Lo demás, es anecdótico, porque yo colecciono profesiones, como la Barbie», bromea.

De hecho, en la recámara le aguardan un cameo en la película de Paco León Rainbow y el especial Una Navidad con Samantha Hudson, producido por Los Javis, «una excusa para reunir a Arturo Valls con Yurena y Manuela Trasobares». «También por consolidarme como la Mariah Carey de España», apostilla.