Toni Sans ‘Nerudin’ (77 años), actor ilusionista, escultor, pintor, promotor cultural, se dedica preferentemente al mosaico artístico. Como actor ilusionista obtuvo mucho éxito en Europa, Sudamérica y Oriente próximo durante los años 60 y 70. Su obra se encuentra en varios países, pero está especialmente orgulloso de su escultura dedicada al teatro amateur ubicada en la avinguda de Jaume III de su pueblo natal, Santa Maria del Camí .

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Vidas con Arte, obra escrita por Patricia Chinchilla con fotografías de Ricard Llorens, expone datos biográficos, relatos anímicos e ilustraciones acerca de diecinueve artistas íntimamente relacionados con Mallorca que han sobrepasado los setenta años, ese tiempo en que generalmente los currículos suelen resultar cruelmente desdibujados por el olvido. Sin embargo, todos los personajes de este libro han vencido en la batalla contra el tiempo, están aún ahí con su creatividad intacta, con el mismo anhelo de compartir su mundo interior y una visión íntima de la vida.

LOS MÁS LONGEVOS
Cándido Ballester (Palma, 1926) es el artista de más edad que aparece en el libro. No había cumplido aún los cinco años cuando sus padres lo llevaron con ellos a emigrar a Argentina, en los primeros años treinta, en busca de una vida mejor. Allá empezó a formarse en Ingeniería aeronáutica durante su juventud, pero pronto sintió la necesidad de dejar sus estudios para expresarse artísticamente, así que dirigió sus intereses más personales hacia la literatura teatral y las artes plásticas, dedicándose exclusivamente por fin al dibujo y la pintura de manera autodidacta.

Cándido Ballester (94 años) es el artista de edad más avanzada de los que aparecen en ‘Vidas con Arte’. Parte de su obra puede contemplarse desde 2006 en el Museu d’Art Contemporani de sa Pobla y también en el Museu de Lluc.

En su opinión, «los placeres del arte en este momento de mi vida se manifiestan cuando vuelvo a recordar los comienzos en mi trayectoria como pintor, cuando evoco el ímpetu inicial de los tiempos en que la ilusión y la fuerza eran tan potentes que todo era posible».

Ahora, a los noventa y cinco años de edad, Cándido Ballester piensa que para él el arte nunca ha sido una terapia, sino más bien un consuelo.

Ángel Baldovino nació en Buenos Aires en 1929, en el seno de una familia de emigrantes italianos; años más tarde se formó con grandes maestros, viajó a Florencia para empaparse de arte clásico y renacentista, realizó diversas exposiciones en Venecia, trabajó en Holanda, París y finalmente se estableció en Mallorca para seguir trabajando en el mundo de la abstracción. Para él, «el arte ha sido y es mi mejor medicina, porque hacer algo con las manos y el cerebro produce una simbiosis interior que estalla en el interior de uno mismo para curarse. Ahí, en ese proceso, hay un médico y creo que por eso llegué a los noventa y dos años».

Ángel Baldovino (92 años) ha expuesto en medio mundo, pero fue especialmente importante para él la muestra que ofreció en la prestigiosa galería de arte Fondazione Bevilacqua La Masa, que se encuentra en la plaza de San Marcos de Venecia.

UN MUNDO MÁGICO
Antoni Canyelles Ballester (Toni Sans ‘Nerudín’) (Mallorca, 1944) en su primera juventud llevó su espectáculo ilusionista por toda Europa, consiguiendo un gran éxito en Grecia, Turquía e Italia, pues a partir de 1965 fue una de las estrellas del legendario Piper Club, ‘templo’ para adscritos a la dolce vita en el que se daban cita los protagonistas de la modernidad artística del momento. Posteriormente centró toda su actividad en torno al arte escultórico. Para él, «cuando llegas a una edad en la que los placeres carnales, familiares y las ganas viajar se han estabilizado, el placer más grande que pueda existir en la mente de un creador es meterte en el mundo mágico de la obra que estás creando, porque puede producirse un orgasmo mental más grande que ante cualquier otro placer de la vida».

Otro de los artistas más «jóvenes» participantes en Vidas con Arte es el escultor Gaspar Servera, que era solo un adolestente cuando empezó de manera autodidacta a elaborar dibujos vinculados generalmente a poemas; luego se formó en una escuela de arte y se decidió definitivamente por la escultura en barro sin utensilios, utilizando exclusivamente las manos. A continuación experimentó con madera, piedra y hierro, elemento con el que estableció un íntimo diálogo que le llevó a adoptarlo como material definitivo.

Gaspar Servera (72 años), dibujante, fotógrafo artístico, actor, escultor y pintor. En 1986 obtuvo el primer premio del concurso de escultura Ciutat de Palma. Algunas de sus obras escultóricas están expuestas en varias rotondas y lugares significativos de Mallorca.

Ahora, a sus setenta y dos años, piensa que la creación artística es siempre el mayor placer del ser humano, independientemente de las erosiones que pueda causar el paso del tiempo. «La creatividad es el resultado de una elevación de los sentidos y en estos momentos de la vida, cuando te haces mayor, se aúnan los conocimientos y la experiencia, pero siempre manteniendo una ingenuidad que jamás debemos perder», asegura. Para los participantes en este proyecto, al cumplir el artista cierta edad la propia expresividad se enriquece y surge la oportunidad de descubrir nuevos y excitantes paraísos.

LA INICIATIVA
El proyecto Vidas con Arte fue concebido por el filántropo Tito López, un reportero gráfico de prensa y artista de la fotografía que afirma que «en el libro aparecen artistas que han vivido apasionadamente el mundo del arte, aunque éste a veces se haya comportado con ellos como una amante cruel» porque «son personajes que han luchando contra sus propios molinos de viento: unos han tenido que conciliar vida familiar y artística, mientras que otros han dejado dormir su sueño durante años, esperando pacientemente el momento de hacerlo realidad, pero en ningún momento han dejado de realizar obras que enriquecen el alma del que las contempla». Vidas con Arte cuenta también con fotografías de Ricard Llorens y con el patrocinio de la Fundación López-Fuseya.