Pedro Deltell Colomer, Paula Galimberti, Gonzalo Piñán, el trío al frente de ESimprocine y del proyecto ‘Aislados’. | Germán Velázquez

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Berlín y Mallorca unidas por el arte de la improvisación y las ganas de trabajar en el medio audiovisual de una forma fresca y al margen de lo establecido. El resultado es Aislados, una serie de cuatro capítulos de media hora de duración; en realidad, un compendio de gran parte de los problemas que preocupan a nuestra sociedad.

Aislamiento social y económico, crisis de pareja, amor en tiempos de redes sociales o las consecuencias directas del turismo de masas en los destinos de millones de viajeros, como la gentrificación, la pérdida de la identidad propia o el urbanismo galopante, son algunos de los temas que engloban este proyecto, al que han dado forma el colectivo EsImprocine, radicado en Berlín, y la compañía de improvisación mallorquina Trampa Teatre.

«Aislados es el resultado de tener una idea de partida clara y trabajar con la improvisación. Con tanta frescura y ganas de probar retos nuevos se puede lograr casi cualquier cosa», afirma Pedro Deltell, director, montador y alma máter del proyecto.

Germen del proyecto

Aislados nació a caballo entre Mallorca y la capital alemana, donde residen los integrantes de EsImprocine, o lo que es lo mismo, el director y montador Pedro Deltell; el actor e improvisador Gonzalo Piñán; y la actriz, improvisadora y coach Paula Galimberti. Amigos y socios, los tres residen en Alemania, donde ya parieron un proyecto similar, Berlineses, una serie web de improvisación en forma de comedia romántica costumbrista, que sigue las aventuras y desventuras de un grupo de españoles expatriados en Berlín, y que muy pronto presentará su segunda tanda de capítulos.

«Aislados nació de nuestra relación con otras compañías de improvisación como Trampa Teatre. He venido muchas veces a la Isla a impartir talleres y cursos. Y del contacto con los compañeros de Trampa, nació la idea de grabar un proyecto similar al de Berlineses, pero con problemas más cercanos a la sociedad mallorquina», explica la improvisadora Paula Galimberti, al tiempo que subraya la importancia de dar visibilidad a proyectos como este: «El mundo de la improvisación es una hermandad muy grande. Queremos seguir colaborando con nuestros compañeros de Mallorca, pero también con otras compañías de impro españolas e internacionales. Tenemos tanto que hacer y aportar» finaliza Galimberti.

En este sentido, Gonzalo Piñán señala que la forma de trabajar pasa porque los actores improvisen frente a la cámara los diálogos, las acciones e incluso los finales de las escenas. «Primero elegimos el tema que queremos tratar; luego escribimos la escaleta de secuencias de las historias y unas definiciones de personaje con la que trabajarán los actores en los ensayos. La fórmula es grabar con una situación de arranque pensada que los actores se encargan de desarrollar mediante la improvisación, sin saber exactamente a dónde vamos a llegar», enumera el actor, que reside en Alemania desde hace siete años, y ha creado su propia escuela de impro en la capital berlinesa.

«Nuestra forma de trabajar nos permite contar historias y rodarlas de manera más rápida y económica que el cine tradicional, con pocos recursos técnicos y de iluminación y un estilo casi documental. Por ejemplo, el primer germen de Berlineses lo rodamos en una mañana, de 9 a 15 horas, aunque al final nos quedáramos con un par de secuencias Y esta libertad creativa nos permite utilizar estilos narrativos o géneros muy variados. ¿Sabe qué es lo más curioso de esta forma de trabajar? A lo que menos tiempo dedicamos es al rodaje, y esa es la parte en la que más cómodos estamos, al menos yo», lamenta Pedro Deltell.

Proyectos de futuro

Tras este primer Aislados, que se ha podido ver en diferentes festivales y en redes sociales, el mismo equipo se ha puesto manos a la obra para buscar financiación y seguir ahondando en este tipo de producciones, aunque saben que encontrar canales de distribución es difícil.

«Hemos contactado con IB3, sabemos que Aislados les ha gustado, pero el formato no les casa ahora mismo. Por eso, estamos trabajando en un nuevo concepto de serie, con una duración menor, de entre cinco y diez minutos, que seguirá construyéndose a través de la improvisación. Podrá venderse como una serie de capítulos cortos o un largo. La idea pasa por hacer un recorrido de la sociedad mallorquina a través de encuentros sexuales o citas de diferentes personajes que irán enlazándose en cada capítulo. Esperamos tenerla lista para el próximo año». finaliza Deltell.

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