Megan Montaner es Sara Campos en esta ficción. | Pere Bota

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La actriz aragonesa Megan Montaner no requiere de presentación. Su carrera habla por ella con papeles importantes y recordados en series como El secreto de Puente Viejo, Gran Hotel o Sin identidad. Ahora repite como la sargento Sara Campos en La caza: Tramuntana, segunda temporada del éxito de La 1 que vuelve al trabajo tras el parón por la cuarentena y que continuará su rodaje en la Isla durante una semana.

¿Cómo se lleva el haber retomado un rodaje partido por la mitad durante meses?
— Se lleva igual de bien. Está claro que es mejor del tirón, pero logras adaptarte. Además con el confinamiento me he oxidado y ya no podía memorizar cosas, solo sabía hacer recetas (risas).

¿Es el rodaje más raro en el que ha estado?
— Totalmente. Intentamos guardar la distancia de seguridad y todo sigue como antes, pero los protocolos, cómo la gente se dirige a ti, es muy novedoso pero te adaptas. Al principio teníamos algo de miedo pero ahora ya no, vemos que es posible volver al trabajo y esperamos no tener que volver a parar.

¿Cómo se lleva el tener que dejar la Isla para continuar el rodaje en Madrid?
— Es un drama (risas). Sobre todo porque nos vamos a mediados de julio, que es el infierno en Madrid. Es un sueño y un privilegio estar aquí porque además es como otro mundo porque al haber menos casos, la gente está más relajada, respetando las normas en sitios de interior, pero en la calle muchos no llevan mascarillas, y venimos de un mundo donde el raro es justamente quien no la lleva.

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El rodaje en Mallorca debía acabar en primavera, ¿les afecta que ya sea verano?
— Siempre afecta y no sé cómo nos lo montamos que nunca vamos en el modo en el que iríamos en la realidad. En las escenas llevamos ropa de invierno o sea que te puedes imaginar. Estoy todo el día a remojo y cada vez que podemos intentamos descubrir alguna cala o tirarnos a la piscina.

¿Qué misterios esconde el pueblo de Tramuntana?
— Empezamos con un caso que dejé inacabado y lo que vamos a ver es mucho más enrevesado que en la primera entrega. Tiras de un hilo y salen 45.000 y descubriremos muchas cosas del pasado de Sara y de Víctor que quedaban un poco en el aire antes.

¿Qué tal la llegada a la serie de Félix Gómez?
— No lo conocía pero me habían hablado de él, y es un cachondo, pero también muy profesional, cuando empezamos a rodar todo seriedad, pero cortas y te lo pasas muy bien. Y su personaje es una maravilla. Es muy guay y se le va a ver en un registro muy diferente.

Benasque, ahora Mallorca, ¿alguna preferencia para una tercera temporada?
— Hemos tenido sierra, y aquí incidimos en el mar. Yo creo que nos falta un sitio cosmopolita y caótico como una gran ciudad.