El colaborador de Ultima Hora nació en Lima y, tras vivir en distintos países, se instaló en Mallorca a finales de 1963. Desde entonces desarrolló una intensa e infatigable trayectoria en su doble vertiente de escritor y periodista, además de organizador y participante en numerosas tertulias de actualidad.
Meneses celebró hace unos años el cincuenta aniversario de su llegada a la Isla, rodeado de otros amigos escritores, con lo que también solía coincidir cada año en el encuentro de autores que este diario organiza con motivo de Sant Jordi.
Entre otros reconocimientos, ha obtenido el Premio Nacional de Teatro del Perú , por La noticia (1958); y el Premio Inca de Periodismo, en Lima (1959).
Su hijo, el también escritor Carlos Meneses Nebot, ha reconocido que «lo teníamos asumido desde la semana pasada, era muy anciano y cada vez progresivamente se iba apagando. La semana pasada entró en una fase en la que no podía salir de la cama y no quería beber ni comer».
Su hijo informa de que no va a haber funeral, «será algo muy íntimo y familiar. Habrá una incineración y ya está. Él lo quería así, sencillo y nada más».
5 comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
En mis años de trabajo, nos veíamos a diario en el aeropuerto, llegaba con el primer autobús y regresaba a Palma en el último, después de haber cumplido con su labor informativa. Hemos pasado muchas horas juntos, comentando y analizando las múltiples anécdotas y sucesos que acontecían diariamente. Gran persona, y de carácter afable , nunca lo vi enfadado, ni con un mal gesto hacia nadie. Descansa en paz ,te lo has merecido. A su esposa Concha y a su hijo Carlos mi mas sentido pésame.
Siempre consideré en alta estima a este Sr. descanse en paz. Sin conocerlo de nada fui invitado y me pagó un café en el aeropuerto de Palma, era habitual verle por allá, tenia un buen sentido de periodista, olía la noticia.
Al cel sia. Coco Meneses escribió un libro muy documentado e inyteresante sobre la estancia de Jorge Luís Borges en Mallorca, durante su adolescencia, con sus primeros pinitos literarios en la escuela "creacionista". Uno de sus compañeros fue Jacobo Sureda, cuya conocida familia acogía a escritores y artistas en Valldemossa.
Magníficas sus crónicas que realizaba a diario desde Son Sant Joan en los años 60 y 70 para el diario Baleares. Eran tiempos en los que el aeropuerto era un centro vital y de vida y no un hipermercado donde aterrizan aviones, como es ahora.
Más que limeño, un auténtico palmesano. Vino a Palma, quedó prendado y ya no se marchó nunca más. Siempre se le veía pateando todas las calles de la ciudad, especialmente las del centro. Un maestro. Un honor para la ciudad. D.E.P.