Imagen de algunos discos clásicos del Espai Xocolat de Palma. | Pilar Pellicer

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Hace ya más de una semana que las tiendas de discos de Palma desactivaron el botón de ‘pausa’ para apretar de nuevo el de ‘play’. El objetivo era volver a hacer sonar la música, tanto en sus locales como en las casas de los clientes que se han dejado caer por ellas para completar sus colecciones, y aunque esta música suena bien, la que está por venir tiene ecos más misteriosos para los dueños de estos espacios.

«La crisis será espectacular», avanza Miquel Àngel Sancho, responsable tanto de Espai Xocolat como del sello Blau. «Cuando había crisis, el disco no era un gran gasto y era un regalo perfecto para Navidad, pero ahora la oferta ha cambiado porque tienes el mismo producto gratis o prácticamente gratis en plataformas digitales», y añade que «es muy difícil luchar con la alternativa gratuita y convencer de la calidad que tiene el formato físico».

A pesar del realismo de sus palabras, Sancho se muestra optimista ante la situación porque «la aportación y presencia de la música durante el estado de alarma ha sido bestial. No ha habido otro sector cultural que haya dado tanto: música, música y música», y está confiado de que «la gente lo valorará con un retorno, porque les hemos ahorrado mucho en aspirinas y calmantes», comenta con buen humor.

Aplazamientos

A nivel discográfico, Sancho habla de los aplazamientos, tanto locales como nacionales o internacionales, que irán llegando paulatinamente, como «enMéndez, Bruno Sotos o Joan Miquel Oliver», o los nuevos discos de «Dylan, Vetusta Morla o Bunbury» que, según anuncia, «podrían ir saliendo estos meses y recuperar el ciclo normal».

Aunque de momento ni se plantean hacer recitales y presentaciones, sus clientes tienen claro a lo que van: «La gente ha ido a por los vinilos», apunta Sancho, «y también nos vienen muchos que al tener tanto tiempo en casa han organizado sus discos y han visto que les faltaba este o aquel. Todo ese tiempo perdido ha servido para esto», celebra.

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En Mais Vinilos, Gus Ferradas cuenta que lo llevan «como podemos» y aprovecha para «agradecer a los clientes habituales que ya han ido apareciendo». También expresa preocupación por lo que viene: «El problema lo vamos a tener más adelante, cuando el turismo no llegue».

Ferradas es consciente de que «muchos de nuestros clientes dependen del sector turístico y ahora están parados o en un ERTE», lo que agrava la situación, aunque al mismo tiempo expresa un carácter positivo ya que «a todos los que nos gusta el disco tiraremos para adelante, como con cualquier bien cultural».

En cuanto a las novedades, «ha habido un bajón brutal de clásicas y nuevos con muchos pedidos a distribuidores que no llegan», aunque los clientes no parecen decepcionados al respecto al «comprar muchas fundas o discos que les faltaban tras reorganizar su discografía». Para Ferradas, «al estar en casa, la gente ha tenido tiempo para pensar».

Desde Mais Vinilos van notando el cariño de su público, que ha ido acercándose a la tienda estos días, por lo que «agradecemos el apoyo a la pequeño comercio». Ferradas indica que «es como comprar en una frutería o en una gran cadena, con los discos pasa lo mismo y no deja de ser algo de compromiso político. La gente quiere que haya tiendas en sus calles», y comprando en ellas es la única manera de que sigan abiertas.

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Los álbumes que están al caer

La crisis de la COVID-19 ha provocado el aplazamiento de novedades, algunas de las cuales provienen de grandes de la música, como Bob Dylan, que edita Rough and Rowdy Ways el 19 de junio. También se espera en breve la publicación de Chromatica, el nuevo trabajo de la neoyorquina Lady Gaga.

A nivel nacional, es de esperar la llegada de muchos trabajos teniendo en cuenta la actividad de artistas como Alejandro Sanz, Bunbury o Aitana, que se suman a los isleños Bruno Sotos, enMéndez o Joan Miquel Oliver, editados por Blau, y que son la excusa necesaria para acercarse a la tienda de discos más cercana.