La escritora Alejandra Parejo, posando para esta entrevista en el Passeig del Born de Palma. | M. À. Cañellas

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Olivia es un personaje ficticio que poco tiene que envidiar del mundo real. Es joven, ambiciosa y con una excelente carrera profesional hasta que se entera de que está embarazada y su universo se paraliza congela. Se cuestiona qué es ser madre, qué es la pareja e incluso qué es lo normal. Esta sería la vértebra de Una familia normal (Temas de Hoy, Planeta), la primera novela de la escritora mallorquina Alejandra Parejo. La presentación será el jueves día 3 de octubre, a las 19.00 horas, en la librería Rata Corner de Palma (Antoni Marquès, 34).

¿Cuándo sabemos que una familia es normal?
— Creo que utilizamos mal la definición. Puse el título Una familia normal porque no hay familias normales. Las hay buenas, acogedoras, cuidadoras. Nos han enseñado una cosa que no es a través de la educación, la religión o la política. Las familias normales deberían ser lo que a cada persona le haga feliz.

El personaje de Olivia comienza sin tener claro el concepto. Desde que se quedó embarazada está perdida. No sabe lo que quiere o a quién querer. ¿Lo suyo sería más una especie de familia anormal?
— Hay que partir de la base de la infancia de Olivia. La novela está dando saltos en su pasado y presente. Con 11 años empieza a cuestionarse quiénes son sus padres, qué son para ella. Carga con la separación de ambos y con una nueva familia. Así que no es nada anormal, solo que no tiene claro quién es ella. Olivia hace un viaje interior para dejar de ser lo que los demás quieren que sea. Durante el libro, ella toma ciertas decisiones que harán que pierda ciertas cosas.

La novela transcurre entre dos etapas: 1998, cuando ella tiene 11 años, y en 2018. ¿Por qué estas dos etapas?
— Fue casualidad introducir el pasado, pero no las fechas. La realidad es que estaba estudiando el presente de Olivia y notaba que me faltaba algo. A través de un ejercicio que realicé en clase me di cuenta de que me interesaba mucho su voz infantil 20 años atrás. Creo que en estos años una sociedad cambia mucho y también la forma de comunicar. Marca mucho lo que nos pasa en la infancia, sobre todo si vivimos la separación de los padres.

Todo se tergiversa cuando se entera de que está embarazada. ¿Cómo se puede entender un embarazo no deseado, como el de la protagonista, en la vida real?
— El embarazo no deseado sigue siendo un secreto a día de hoy. Creo que no hay suficiente libertad para poder decir ‘no deseo esto ahora’. Hace falta más libertad y menos prejuicios porque, aunque parezca que somos más independientes que antes, todavía se culpa a la mujer que no quiere ser madre.

¿En qué se inspiró para escribir esta novela llena de sentimientos?
— Todo comenzó porque tengo unos amigos que son pareja. Iban a tener un hijo y me produjo curiosidad saber cómo iban a conciliar si ambos tenían un trabajo igual de competente. ‘¿Quién de los dos iba a frenar su carrera profesional por un tiempo?’, me pregunté. Todo eso me llevó a pensar a cómo cambia el cuerpo de una mujer cuando está embarazada. Aunque decimos que esto es cosa de dos, es la mujer quien asume el cambio físico, el cambio emocional. Así que llegué a la conclusión que ella sería la que frenaría. La conciliación familiar es complicada, no está conseguida del todo.

Abundan las descripciones de los personajes y de las escenas.
— Para mí era un ejercicio muy importante. Imaginaba las situaciones tal como estaban en mi cabeza. Es una forma de literatura tangible, clara. Como si pudieses visualizar la novela. Para contar algo importante no son necesarios adornos.

Después de explicar lo que es realmente una familia normal, ¿cuál será el siguiente paso?
— Ahora empiezo un curso de narrativa que dura dos años y en enero me pondré a escribir mi segunda novela. Solo sé que será sobre familia, lo que no tengo claro es si será o no una continuación de Una familia normal.