Uno de los primeros números de ‘TBO’. | Redacción Cultura

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A finales de los 60, el escritor Joan Guasp (Consell, 1943) pasaba sus veranos en Palma, cerca del bar Güell. Entonces, «en un local de una esquina de la calle Aragón, nos divertíamos leyendo e intercambiando» una revista de historietas que, poco después, daría nombre a un género: TBO. «En una tarde, éramos capaces de leer dos o tres números, después íbamos a este local, que vivía de estos intercambios, y por pocos céntimos cogíamos otro», rememora el autor con nostalgia. Ésta es su historia, pero podría ser la de muchos: TBO marcó a varias generaciones con unas viñetas que gustaban a todos. Este mes, –concretamente, el día 17–, se cumple el centenario de esta publicación y, para celebrarlo, Ediciones B publica 100 años de TBO. La revista que dio nombre a los tebeos, un estudio de Antoni Guiral.

Editado en el amplio formato del TBO original, el libro recorre en 320 páginas y reproducciones gráficas esta historia de 100 años, aunque más que una antología de historietas, 100 años de TBO. La revista que dio nombre a los tebeos es un ensayo histórico sobre esta publicación, la revista infantil más popular de su tiempo, sobre sus autores y editores, y sus más célebres secciones y personajes.

TBO pasó por diferentes etapas durante su andadura: de 1917 a 1938; en su reaparición tras la Guerra Civil, en una época en la que no llevaba numeración en la portada, de 1941 a 1952; cuando recuperó la numeración, de 1952 a 1972; la de su modernización en TBO 2000, de 1972 a 1983; su reaparición a cargo de la Editorial Bruguera, con sólo siete números en 1986, y su última tanda, con Ediciones B, de 1988 a 1998. En muchas ocasiones tuvo que esquivar la censura, a pesar de que en su contenido aparecían críticas hacia aspectos socio-políticos del momento. «Lo hacían de manera velada, con gracia, con el neorrealismo social del cómic», considera Seguí.

Ahora, TBO recupera su vigencia en pleno siglo XXI, en la generación de los ‘millennials' con un volumen que es mucho más que un homenaje, es un legado «artístico e histórico» de nuestro tiempo. Su espíritu sigue vivo para el futuro.