Protestas en el pleno del Ajuntament de Palma del pasado noviembre por la privatización de dos bibliotecas.

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Hace sólo unos meses, el colectivo de bibliotecarios del Ajuntament de Palma manifestaba su total descontento por la privatización del PP de las bibliotecas de Can Cànaves y Son Gotleu. La queja llegó hasta el pleno de Cort y las redes sociales se convertían en un hervidero de comentarios y apoyos a las bibliotecas públicas. Los dos interinos que cubrían las plazas en estos centros serán despedidos y el colectivo, que se siente «despreciado», prepara una «respuesta».

«Aún no sabemos qué haremos, si será una manifestación, si nos concentraremos o si iremos de nuevo al pleno. No se puede hacer negocio con las bibliotecas», afirman taxativamente algunos trabajadores que no quieren revelar su nombre.

Dicen estos profesionales que «nadie» les ha informado sobre la situación. «Sabemos lo que va a ocurrir por la prensa, por terceros, por el BOIB y también porque las propias empresas que querían presentarse al concurso de gestión de Can Cànaves y Son Gotleu nos llamaban para ofrecernos trabajo. Ahí empezamos a tirar del hilo y descubrimos lo que estaba pasando, pero nunca por fuentes oficiales», comparten.

Se oponen a la privatización porque es «a costa de que el trabajador cobre menos» y sostienen, en base a la experiencia, que «quitarán a estos dos trabajadores a cambio de empleo precario».

Según explican los trabajadores, el concurso para la gestión indirecta no contempla que vaya a haber más plazas por biblioteca. «En la de Son Gotleu el concurso otorgaba más puntos si se reforzaba con una segunda contratación, pero en Can Cànaves sólo se pide un auxiliar. Es lo que ya había, el mismo número de personal, pero ahora explotado. Abrirán más horas, las del sábado, pero el sueldo será casi la mitad. Están cobrando entre 700 y 800 euros».