El librero y profesor Toni Sureda es el nuevo presidente del Gremi de Llibreters. g Foto: TERESA AYUGA

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Un grupo de jóvenes libreros, de los espacios Drac Màgic, Literanta, Gotham, Come In y Los Oficios Terrestres, tomó las riendas el pasado junio del Gremi de Llibreters de Mallorca con un propósito claro: «Hacer cosas nuevas, y para eso se necesita ser joven, y también un poco atrevido e irresponsable». Son palabras del ‘líder’ de esta nueva cúpula, Toni Sureda, profesor y corresponsable de Literanta. Es la cara visible, un papel «más institucional» que de librero. Promete cambios en las citas literarias más importantes de Ciutat –la Fira del Llibre, la Setmana del Llibre en Català y Sant Jordi– y una «adaptación» a los nuevos tiempos y tecnologías, pero sin dejar de lado el papel, «al fin y al cabo, es lo que vendemos». El presidente del gremio desvela algunas claves del nuevo rumbo de la entidad.

—¿Por qué decidió ser presidente del Gremi de Llibreters?

—Un grupo de libreros jóvenes decidió y creyó que era el momento de coger las riendas del mismo y hacer cosas nuevas, pero para la parte institucional ninguno quería estar al frente, y me pidieron que si quería formar parte de la directiva en la presidencia, esencialmente para la parte institucional. Y acepté.

—¿Cómo afronta esta nueva posición en un gremio donde no todo ha sido de color de rosa?

—Ya hemos tenido varias reuniones y me ha gustado mucho comprobar que soy el más ‘punky’ de la junta, ellos son muy jóvenes, pero son mas conservadores que yo. Sí que hay ideas novedosas. Queremos, sobre todo, encarar la situación de las librerías con el mundo electrónico, no tanto con el soporte, sino con la difusión y la promoción.

—Para eso se necesita un gran cambio...

—Hasta ahora, todos los métodos eran tradicionales, y queremos que las librerías pasen de la tecnología Gutenberg a la 2.0. La verdad es que seguimos con Gutenberg... No se ven hagstags, ni campañas virales... y esto es a lo que queremos dar vida. No debemos ser meros vendedores de libros, sino dinamizadores. Nos acercaremos a los editores, que no solo editan, sino que pulen, y con ellos trabajan nuestro escritores.

—Habla de cambios en las citas literarias más importantes.

—Todo lo que hagamos, por supuesto, lo haremos en acuerdo con el resto de librerías, tienen que estarlo. No podemos ir rompiendo moldes sin el favor de la mayoría. Pero sí queremos cambiar el formato de la Fira de Llibre, que en los últimos años ha caído bastante en cuanto a volumen de negocio, no sabemos si por la crisis, porque las actividades no atraen, porque acude poca gente, o por el formato.

—¿Cómo estás las cuentas del Gremi?

—En los últimos dos años se han liquidado todas las deudas y las cuentas están al corriente, se paga puntualmente.

—¿Y las relaciones con el Consell?

—La actitud del Consell con el Gremi es ideal, perfecta, porque subvenciona la Fira del Llibre, la Setmana y la promoción sin intervenir en nada, deja que los libreros decidamos. Es lo que debería pasar con el teatro, con el cine, con todo. El Teatre Principal no tendría que tener un responsable político ahí dentro, sino un grupo de expertos que decida lo que hay que hacer.

—Las cosas con el Consell no siempre han sido tan ideales.

—La ejecución del Consell, en algunos momentos, no ha sido ideal, pero porque el Consell tampoco la tenía con nadie, no pagaba, proveedores, etc... No lo quiero justificar, pero una cosa es la teoría y otra la ejecución, claro.

—¿Qué otros planes tiene el gremio entre manos?

—Vamos a organizar unos premios literarios. Pero no estarán en manos de un jurado, sino de los lectores, que son los que realmente leen los libros.