Más de 10.000 seguidores de la cantante abarrotaron anoche la plaza de toros de Palma. | M. À. Cañellas

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«Muy buenas noches. Es un placer después de tantos años volver a Mallorca». Fueron las primeras palabras que Malú dedicó a las 10.000 personas agolpadas en la plaza de toros de Palma, cifra que convierte el suyo en el ‘concierto del verano’, al menos en cuanto a bagaje asistencial se refiere. Veremos si esta misma noche el almeriense David Bisbal es capaz de arrebartarle, en Felanitx, el que habría sido un récord tan fugaz como un suspiro.

Lo primero a destacar de la nueva visita de Malú a la Isla es, precisamente, el envidiable aspecto de un coso palmesano hasta la bandera, pocos artistas de su generación pueden conseguirlo hoy. Público variopinto pero caluroso que respondió de forma emotiva, desde el minuto uno, a cada declaración de principios que es toda canción de la artista.

Los 25 grados que marcaba el termómetro no hacían justicia al tremendo bochorno que se respiraba en el ambiente. Por fin carraspea la guitarra para arrancarse con Ni un paso atrás, corte extraído de su último disco, Si; le siguió Te conozco desde siempre y posteriormente Deshazte de mí. Malú domina las tablas como sólo puede aspirar quien las ha pisado prácticamente toda su vida, de casta le viene al galgo a la hija del cantaor Pepe de Lucía y, por ende, sobrina del gran Paco de Lucía. Con esa prestancia escénica, y con esa esbelta efigie embutida en un estrecho conjunto, la cantante dio la talla en la noche que descorchó ante el público local su último trabajo discográfico, donde maniobra entre claroscuros para hablar de amor, soledad y supervivencia.

Encanto

Tras nueve discos, Malú mantiene intacto su encanto escénico, esas tablas que precisamente el paso del tiempo ha ido acrecentando, una clase nada impostada a medio camino entre el descaro y el señorío y, sobre todo, una cercanía que rompe todas las barreras escénicas. Arropada por cinco músicos, recorrió lo más emotivo de su repertorio deteniéndose especialmente en las canciones de su último disco, pero dejando un amplio espacio para el recuerdo. Un setlist equilibrado y perfectamente seleccionado, de los que conducen irremediablemente a un final apoteósico, jalonado con frases lanzadas al público entre acto y acto.