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Miquel Àngel Aguiló, músico y compositor, organizaba hace tres años un partido de fútbol que enfrentaba a músicos y actores. No había visto nunca a Jaime Anglada, ni siquiera escuchaba su música. Intercambiaron e-mails y Miquel Àngel Aguiló se preguntaba: «¿Quién es este Jaime Anglada?». La primera vez que lo vio encima de un escenario fue en el Trui Teatre, durante la experiencia Anglada Simfònic con la Orquestra Simfònica de Balears, que él mismo dirigió. Después aquellos tres conciertos, Anglada percibió la posibilidad de grabar un disco con Toni Cuenca y el propio Aguiló como aliados y que titularían Temposinfónico .

Fue en los estudios de Sonoteque, liderados por Miquel Llinàs y Tolo Prats, donde el rock de Jaime Anglada adoptó otra dimensión: la sinfónica.

A Miquel Àngel Aguiló no le gusta hacer arreglos. «Me parecen un invento espantoso, pero este CD se salva por una cosa: porque no será el típico sinfónico de un grupo de rock y una orquesta, que son dos cosas que no funcionan. Se salvará porque Jaime ha decidido prescindir del grupo y realmente es una orquesta acompañándole», relata.

Estructuras

Anglada atesora seis discos en su carrera y cree que es la primera vez que desde el minuto uno entra en el estudio y no duda nada. Y eso que para él, el rock and roll es más fácil porque cuando «la caja hace ' tucupá' es cuando entramos. Aquí no». «En el rock hay unas estructuras bastante definidas: bajo, batería, guitarra y voz. Para un tío como él, que canta encima de esta base, es fácil. A Jaime le hemos fastidiado. Es como si estás acostumbrado a comer espaguetis con tomate y un día te plantan frente a un bufé variadísimo», prosigue Aguiló, coautor con Cuenca de unos arreglos, «unas composiciones paralelas a las de Jaime que independientemente de la canción también tienen vida propia, identidad».

Toni Cuenca y Miquel Àngel Aguiló cogen el material de Anglada y se encargan de transformarlo. «Mi vida se ha basado en arreglos. Llega un momento en el que te implicas tanto que parte de tu filosofía musical entra en Jaime y te haces con su música», apostilla Cuenca antes de que intervenga el otro director de Temposinfónico . «Con Toni es interesante la mezcla, somos familia, cuñados. Uno de los grandes problemas de ciertos músicos es que acaban siendo absolutamente ellos y no se mezclan con el resto. Lo único que te hace evolucionar es la convivencia, es lo que te da vida, lo que te curte».

En esta nueva versión de Jaime, que se podrá ver en el Auditòrium el día 23, Aguiló ha 'reformado' siete temas, mientras que Cuenca cinco. Este último estuvo de gira con Concha Buika durante la grabación del LP y, prácticamente, «el 90 por ciento de los arreglos los he creado en hoteles de América y Oriente Medio».

Hilos

Probablemente, si ahora alguien vuelve a preguntar a Miquel Àngel Aguiló quién es Jaime Anglada, la respuesta será que es «un tío muy cercano al que le cuesta quedar mal con la gente. Tiene cuatro hilos y los sabe estirar. Musicalmente conoce allá donde está, sabe lo que no puede hacer y por eso se envuelve de gente que le abre caminos, y creo que lo que ha hecho con nosotros es un poco esto. Toda la vida ha sido así. Siempre se ha rodeado de gente que le ha ayudado a crecer y saber elegir a estas personas también es un talento. Jaime Anglada es un roquero con chupa de cuero, pero con corbata».