Jaume Plensa, en Es Baluard en 2006, junto al autorretrato que presidía 'Jerusalem'. | J. TORRES

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Justo un año después de haber sido galardonado con el Premio Nacional de Artes Plásticas, Jaume Plensa, uno de los representantes consagrados de la nueva escultura, con obras en espacios públicos de todo el mundo en los que intenta hacer visible la poesía, obtuvo ayer el Premio Velázquez 2013 que concede el Ministerio de Cultura.

La renovación del lenguaje plástico de la escultura y las propuestas de gran «intensidad estética» de este artista, nacido en Barcelona en 1955, han sido los aspectos destacados hoy por el jurado del Premio Velázquez, dotado con 100.000 euros. Según el jurado, en la obra de Plensa destaca «la coherencia de una trayectoria en la que ha renovado en profundidad el lenguaje plástico de la cultura, integrando poesía y conceptualización con propuestas de gran intensidad estética».

Plensa dijo ayer sentirse «hiperemocionado «por la concesión de este premio. «Es un sueño, sólo el nombre de Velázquez ya es apabullante», aseguró.

El escultor, que se encuentra en Barcelona recién llegado de Chicago y Nueva York, donde ha permanecido casi durante un mes para preparar dos exposiciones para el próximo año, ha indicado que es un premio que no esperaba, pero que sigue «desde siempre», ya que es con «el que sueña todo artista».

Baluard

En junio de 2006, Jaume Plensa, que con anterioridad había expuesto en Mallorca en la galería Gianni Giacobbi y en el Convent de Pollença, ocupó el Aljub del museo Es Baluard con una instalación titulada Jerusalem, inspirada en el Cantar de los cantares y con la que profundizó en dos de las cualidades que ayer destacó el jurado de su trayectoria, la conjunción de poesía y conceptualización. Con Jerusalem propuso a los espectadores una experiencia sensorial y participativa.