El acero inoxidable de la barandilla de la Torre de Portopetro ha sido oscurecido por orden del Consell. Fotos: GEFB

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El Ajuntament de Santanyí sigue sin resolver, de acuerdo a la legislación patrimonial, el desaguisado que supuso la restauración de la denominada Torre de Portopetro, que es Bien de Interés Cultural (BIC). Ahora, una vez oscurecido la barandilla de acero inoxidable que el Consistorio colocó sin que se ajustara al proyecto, aún no se han retirado los pegotes de cemento portland con los que se anclaron a la piedra del monumento los elementos que, en principio, deberían haber servido para sujetar un pasamanos de cuerda que fue sustituido por la barandilla, cuyo brillo se veía desde lejos. Por eso, el Grup per l'Estudi de les Fortificacions Balears (GEFB) pide al departamento de Patrimoni Històric del Consell que «antes de legalizar la barandilla se quiten los añadidos de cemento portland », según explicó Àngel Aparicio, presidente de esta entidad ciudadana que se dedica a la conservación del patrimonio

Así, el pasado día 17, los representantes del GEFB presentaron un escrito en el Consell en el que se pide que se «abra un expediente solicitando al Ajuntament de Santanyí que se enmienden los desperfectos tal y como prescribe la legislación vigente» y, además, que de ello se «informe a los demandantes».

Aparicio recuerda que el Consell ordenó en 2012, después de varios años de insistencia por parte del GEFB, que el Ajuntament de Santanyí oscureciera el acero inoxidable de la barandilla, que refulgía con el sol desvirtuando el bien protegido. Y que, además, para legalizar finalmente esa última intervención, es decir, la barandilla pintada de color oscuro, «se debía eliminar el cemento de los anclajes». Miembros de la citada asociación constataron el pasado día 7 de julio, durante una visita a la zona de Portopetro, que éste sigue allí. Así lo cuentan al Consell en un escrito. «El cemento, -que está prohibido por todas las leyes de Patrimonio, tanto la nacional como la balear-, tiene que ser sustituido por mortero de cal y el Consell no puede dar por buena esta intervención hasta que esto suceda», insiste Àngel Aparicio, en una nuevo episodio de unos hechos que parecen no llegar nunca al final.