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El musical La familia irreal ha sido uno de los éxitos de público de la temporada en Barcelona y se podrá ver del 10 al 14 de julio en el Auditòrium de Palma. El montaje, protagonizado por Toni Albà, es una sátira sobre la monarquía española. «Hoy es la función número 200 y nos han visto más de 154.000 espectadores», apunta David Olivares en el Teatre Victòria de la Ciudad Condal, mientras se maquilla en el papel de Iñaki Urdangarin.

En el camerino, Toni Albà no deja de hablar y bromear. «Este show era impensable hace unos años, pero es la Familia Real la que ha abierto la veda», explica el actor, quien empezó a caracterizarse como Rey hace once años. Su hijo en la ficción, que interpreta Queco Novell, asegura que «ha sido un annus horribilis para la Familia Real, pero para nosotros es un 'annus fantasticus'».

Telón

Con la platea sin asientos libres, sube el telón con la gente predispuesta a reír. El desternillante Albà presenta una versión hilarante del monarca. «No nos burlamos de lo inevitable y hay gente que nos dice que humanizamos demasiado a los protagonistas», advierte. El tono desbocado del programa televisivo Polònia está presente. Los gags se suceden a partir de la exageración o alteración de hechos reales que el público conoce de antemano. En la segunda parte, la ironía se funde con una despiadada crítica que Albà rompe con un infalible aire gamberro al enfrentarse al público y pedir que entone un 'Viva España'.

« La familia irreal es una revista política moderna y representa una terapia de risa con contenido crítico», resumió Anna Rosa Cisquella, productora ejecutiva del montaje.