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Hace diez años nació en Londres el Future Shorts Festival, un evento cinematográfico que se ha expandido por 325 ciudades y que llega cada año a 40.000 aficionados al séptimo arte de todo el mundo. Palma se adherido a la red y, coincidiendo con su temporada de primavera, se proyectarán seis cortometrajes en el local Molta Barra (calle Pes de la Farina, 12).

«La red de conexión es enorme, de hecho es el festival de cortometrajes más grande del mundo», explica Daniel Sastre, organizador del evento en Ciutat, quien ya está trabajando en la edición de verano, que será a final de agosto -hay una edición por cada estación-. La filosofía del proyecto va más allá de una simple proyección y en otros países se ha convocado a los espectadores en espacios alternativos como un submarino, cabañas de snowboarding, galerías de arte, heladerías. Persiguiendo también «la fusión de las artes», el evento se combina con exposiciones, acciones en directo, fiestas. «Cada organizador lo hace a su gusto», explica Sastre, quien trabaja ya en la localización de otro espacio para la temporada de verano, «un barco o algo al aire libre que permita la colaboración de artistas y creativos».

Para la primera experiencia, que será el día 29 de junio, desde las 20.00, se ha preparado una muestra fotográfica y de videoarte, además de un final de fiesta en El Barbero.

El precio de la entrada es de cuatro euros y se podrán ver SXSW, de Grainger David; The Whistle, de Grzegorz Zariczny; 38-39°C, de Kangmin Kim; o Dogs are said to see things, del director Guto Parente. Además de Whiplash, de Damien Chazelle, ganador del premio de Ficción en Sundance; o Micky Bader, de Frida Kempff, ganador del premio del jurado del Festival de Corto de Cannes. Tras la visualización, los asistentes votan por su pieza favorita y los resultados se remiten a Londres. «Allí centralizan los resultados» y el ganador de cada temporada se anuncia en las redes sociales.