La de Miró, que finalizará en septiembre, es la tercera de una trilogía de grandes exposiciones programadas por el citado museo dedicada a una tríada de artistas que forman parte de las vanguardias históricas y que está integrada también por Picasso y Chagall.
Para la ciudad de Lindau, un lugar que por su clima suave recibe a unos tres millones de visitantes anuales y está situado cerca de Suiza y Austria, la llegada de la obra Miró es un hecho destacado, y así lo demuestra que no sólo la fachada del museo, sino sus calles, hayan sido decoradas con alusiones mironianas.
La exposición hace un recorrido por distintos soportes en los que trabajó Joan Miró, óleos, gouaches, dibujos, acuarelas y esculturas. De la Col·lecció d’Art Serra se exponen dos cuadros: Untitled, que es un gouache sobre papel de periódico y tinta que mide 60 x 84 centímetros, una pieza datada en 1970, mientras que El Dansaire, que habitualmente se expone en el museo Can Prunera de Sóller, es una tinta china sobre papel en blanco y negro que mide 75.3 x 52 centímetros.
Como ya adelantó este diario el martes, la relación de esta exposición con Mallorca se extiende hasta la fundación palmesana que lleva el nombre del artista. Turespaña, organismo que forma parte de los patrocinadores con la aportación de 7.000 euros, la publicita allí con folletos informativos sobre el Territori Miró, es decir, la fundación, los talleres Sert y Son Boter y la exposición que ocupa la Sala Estrella. Este hecho significa una estupenda oportunidad de promoción para Palma pues el museo espera que Miró atraiga 50.000 visitas y, además, tras la inauguración se celebró un seminario en el que España presentó su oferta cultural ante agentes de viajes, tour operadores y empresarios de varios países.
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