Los propósitos para el nuevo año se transforman en 'micro performances'

Diego Ingold, que agotó el primer pase de su actuación, se desperezaba rodeado de relojes que colgaban de las vigas de la habitación 210. Sin palabras, sólo con gestos, Ingold se mostraba «en reclusión voluntaria para ahorrar en tiempo». Deambulaba entre dos literas mientras escuchaba en ropa interior una voz femenina familiar . El actor, instantes previos, declaraba encontrarse con «exceso de estrés por tener mucho trabajo» ya que también forma parte del em>Microteatre per Luxúria , en el Mustang Ranch. Ingold reconoce que «si sólo apostamos por esta opción [microteatro] nos moriremos de hambre».

La lavandería del hostal era territorio de Aina Compte, que interpretaba a la Gran Anita Porrovskoniovksa y seducía con acento ruso a las seis mujeres que acudieron a su ceremonia Batusi. Las espectadoras fueron partícipes y le acompañaron en un ritual humorístico que invocaba al sonido de las ballenas del océano índico y pacífico.

Abajo, en la Sala del Piano, Resu Ragel reposaba sobre el piano de Sebastián Raimundo para hablar de «la pereza y la gente que duerme porque no tiene ganas de ver la realidad». Mientras tanto, Catalina Carrasco se preguntaba en las duchas qué tipo de persona quiere ser. Aina Pascual buscaba su deseo de Año Nuevo en la 105 y Lluís Valenciano trataba la temática de los desahucios en la habitación 201.

Las piezas breves, con un coste de tres euros, continuarán hoy en el hostal de la Plaça Josep Maria Quadrado, 2, con pases a las 21.15, 21.40, 22.00 y 22.20 horas.