El actor Santi Pons posó para este periódico en Barcelona, donde ultima un obra en torno a la vida y obra de Guillem Cabrer. | Carles Domènec

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El actor Santi Pons ha creado una primera versión de un espectáculo teatral, basado en la vida y textos del escritor Guillem Cabrer (Palma, 1944-1990), que ha ido maquinando desde que conoció al autor, el mismo año de su muerte. Aún pendiente de ser depurada, la obra fue estrenada en el Espai Mallorca de Barcelona en octubre, se estructura en la lectura dramatizada de poemas y usa el gesto del intérprete para reforzar la sonoridad del lenguaje propio de Cabrer, repleto de vitalidad y que tiene en la libertad un pilar fundamental.

«Era una persona abierta, afable y con muchos valores, a la que conocí porque me cogieron para interpretar en una de sus obras, Varennes, en el Teatre Principal de Palma», recordó Pons, quien añadió que «por alguna razón me impresionó y, 20 años después, seguía con la intención de producir un montaje sobre Cabrer, tras dos intentos anteriores».

El espectáculo comienza con el prólogo del libro Retrets i pregàries (Cort, 1984), un texto intenso, lleno de claroscuros y que rezuma sexualidad. «Me di cuenta de que sus poemas estaban tan vinculados a su vida que no hacía falta que yo montara un recorrido porque los versos ya me lo daban, pero hacía falta seleccionar y crear un orden que explicara un argumento coherente». La pieza también contiene versos de Amor somriu de perfil (Columna, 1988), su última publicación.

La puesta en escena se inicia con Madame Butterfly del toscano Giacomo Puccini. «Un día lo fui a buscar a su casa, cerca del convento de las Clarisas en Palma y, mientras esperaba que se duchara, me puso la ópera», rememoró Pons, quien comentó que «al día siguiente ya me había comprado el disco, y lloré escuchándolo al seguir la historia con el libreto, que es triste y a la vez un canto de esperanza, como pasaba con Guillem, que te dejaba ilusionado a pesar de la tristeza de algunos de sus poemas».

Formatos

La idea fundamental de Pons es madurar el espectáculo en dos formatos diferenciados, uno pequeño para salas menores y otro más teatral. «Me gustaría mucho representarlo en Mallorca, donde se le ha olvidado, en una especie de apartheid», advirtió el actor, que ha contado con los consejos del director Rafel Duran. Pons apuntó que «Mallorca no es Catalunya, para lo bueno y lo malo, y no podemos pretender que una sociedad conservadora desde hace tanto tiempo, siglos, se comporte de la misma manera», y razonó que «un autor que hace pública una vida diferente de la normalidad es rechazado».