Escena de la representación de ‘Les tres taronges’. | Carles Domènec

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La 15 Fira Mediterrània de Manresa sobre cultura popular, que terminó ayer, contó con la participación de siete compañías con autores de las Islas, una aportación mayor que en años anteriores. Entre el gentío que llenaba el paseo Pere III, arteria comercial de Manresa, se distinguían el sábado los focos de las cámaras de video que apuntaban al grupo Xeremiers de Sóller, que recorrió todo el fin de semana el centro de la ciudad divulgando el sonido tradicional de Mallorca.

Sin el tono festivo propio de la música en la calle, el vetusto teatro Els Carlins acogió el viernes tres pases de la rondalla L’amor de les tres taronges que la compañía La Fornal encargó a Mov-i-ments, y cuyo proyecto obtuvo la beca Jaume Casademont d’Innovació en la Cultura Popular 2012. Joan Gomila, de La Fornal, explicó que «tenemos un patrimonio brutal en las rondallas, que se debe conservar, y que hemos adaptado a los tiempos actuales».

En el mismo escenario, Toni Gomila representó el sábado la obra Acorar que, a partir de la realidad rural, reflexiona sobre la identidad popular. «Nos interesaba más esta feria que otras a causa de la temática del espectáculo, de texto, más centrado en el fondo que en la forma», dijo el actor y autor, dirigido por Rafel Duran.

Y ayer era el turno de Pep Tosar con Tots aquests dois sobre la vida y la obra del artista Guillem d’Efak. El cantante Cris Juanico presentó con el músico Joan Solà, en la sede de la feria, los temas de Dues pedres, disco que se gestó durante la grabación del videoclip Loca somera. Pau Riba recordó el viernes en la sala El Sielu Jo, la donya i el gripau, disco que grabó en el año 1971 en Formentera. La misma noche, Chabola Vip, que cuenta con el mallorquín Miguel Bestard a la tuba y los coros, dio a conocer en Stroika las canciones de Sí, quiero.