La escritora Cristina Fernández Cubas, ayer en el Hotel Formentor. | M. À. Cañellas

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A la salida de su parlamento sobre las grandes damas de la literatura en la segunda jornada de las Converses Literàries a Formentor, que concluyen hoy, a la escritora Cristina Fernández Cubas es prácticamente imposible conducirla hasta el lugar de la entrevista. Le interrumpen en cada paso que da para decirle lo «fantástica» que ha sido su intervención. A la autora no le gusta hablar de triunfo, de dinero ni de ventas. Ella solamente habla de literatura.

—Ha hablado sobre damas de la literatura. ¿Con qué personaje se queda?

—He escogido a Sheherezade, que es precisamente la que menos carne tiene, pero me gusta mucho por todo lo que provoca con la palabra. Es la reina de la palabra. Pero Emma Bovary es, quizás, de todos los personajes que hemos tocado hoy, la que está mejor descrita.

—¿Influyen en sus obras estas damas?

—No, lo que sí influye es la que es menos dama, más símbolo, más ser humano, que es Sheherezade. Es el arte de contar. Siempre he tenido un respeto muy grande por la narración oral y sus cultivadores.

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—¿Aún es optimista con el futuro del cuento?

—Totalmente. Este género no se extinguirá, ha recibido palos en todas épocas pero no lo hará.

—¿Qué es más complicado, triunfar con cuentos o con novelas?

—De triunfo no me gusta hablar. En todo caso si me dijeras qué es más fácil publicar cuentos o novelas yo te diría que novelas en un principio, pero las cosas están cambiando.

—¿Se puede vivir del cuento?

—Hasta hace poco se podía vivir del cuento y de sus alrededores. No es eso que tú publicas un libro y con eso ya vas a vivir. Podías vivir de las conferencias, de seminarios, de impartir unas clases accidentales… Ahora todo esto está cambiando mucho.