Kate Hudson, ayer en Venecia. | DANIEL DAL ZENNARO

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El otoño cinematográfico se presenta caliente. El festival de Venecia, que se inauguró ayer, y el de San Sebastián que lo hará el próximo mes, abren sus puertas teñidos por la polémica.

Al Lido veneciano llegaron ayer las primeras estrellas como Kate Hudson, Riz Ahmed Liev Schreiber y Kiefer Sutherland, intérpretes de la película The Reluctant Fundamentalist, que inauguró fuera de concurso la Mostra. La realizadora india Mira Nair, en la presentación de The Reluctant Fundamentalist , leyó la letra pequeña de la publicitada tolerancia y multiculturalidad neoyorquina y denunció la islamofobia surgida tras el 11-S. «Me gustaba vivir en un lugar donde el inglés era solo una lengua más y estaba orgullosa de vivir en una ciudad donde nadie había nacido allí, pero todos se sentían de allí. Fue muy doloroso ver cómo todo eso ha cambiado en esta última década», confesó Nair. El desfile de candidatas al León de Oro comienza hoy con Izmena (Betrayal) y Superstar.

En cuanto a la polémica que salpica al festival de San Sebastián por las acusaciones de censura, su director, José Luis Rebordinos, quiso dejar «bien claro» que el certamen no ha recibido «ninguna presión» para que una «película esté o deje de estar» en su próxima edición.

En concreto, el comité de selección del Zinemaldia rechazó pasar el documental Ventanas al interior , que versa sobre cinco presos de ETA, y la cinta Memorias de un conspirador , dedicada al papel del socialista Jesús Eguiguren en el proceso de conversaciones mantenido con ETA en 2005 y 2006. Rebordinos, anunció que hay «1.800» películas visionadas que no tendrán cabida en esta 60 edición.