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Los programadores de música clásica para el verano han conseguido sobreponerse a la crisis con imaginación, austeridad, reinventándose, o con otros recursos, como pidiendo a los artistas que rebajen su caché. Nada nuevo respecto a lo que sucede en toda España. De ese modo se han salvado citas clásicas y con solera, como las Serenates d'Estiu de Palma, el Festival de Música de Bellver de la Simfònica, el Festival Chopin de Valldemossa, y, sobre todo, se ha recuperado el Festival de Pollença, que el pasado año no se celebró por primera vez en su historia, un hecho inaudito. Ante la escasez de subvenciones también se recurre al patrocinio privado.

Mantener la calidad con presupuestos ajustados es toda una heroicidad. Así lo explicó Concepción Oliver, de Juventuts Musicals, al frente del Serenates d'Estiu. «No sé hasta cuándo podremos sobrevivir, pero a la gente le gusta lo que programamos. Nos llaman incluso con un mes o dos antes para preguntarnos cuándo empezamos». Siendo el festival más antiguo de Palma, aún apuesta por una programación de calidad con mucho sacrificio y señala que lo más difícil es «la promoción». Este verano, las Serenates cuentan con un nombre de excepción: el pianista Joaquín Achúcarro.

En Pollença, tras el fichaje de Joan Valent en la dirección artística, la propuesta del festival más veterano de Mallorca ha cambiado casi radicalmente, la música clásica no lleva el peso del cartel, -ya no hay dinero para contratar las grandes orquestas de antaño- y se añaden cine y literatura. En esta edición disponen de un 70% menos de presupuesto. «En total son 150.000 euros del Ayuntamiento más aportaciones de capital privado», comenta Valent.

Uno de los problemas, según dice Rosa Capllonch, del Festival Chopin de Valldemossa, «reside en que en España se pagan cachés muy elevados en comparación con Europa». Por eso, «la crisis ha contribuido a que los músicos deban aceptar los honorarios por debajo de sus reclamos», señaló. El prestigio del festival y el enclave juegan a favor de esta reducción. Por su parte, la Orquestra Simfònica ha tirado «del archivo de la casa, que es muy bueno» para ahorrar, aseguró el gerente, Marcelino Minaya, aunque el próximo 19 tocará un estreno, Orión , de M. A. Roig-Francolí, «obra cedida gratuitamente» por su autor. Festivales más pequeños, como las Nits de Gràcia, contarán con el barítono Joan Pons, quien acaba de anunciar que se retira de las producciones operísticas. Será el 3 de agosto. En las Serenates a l'Auba, -serenatesalauba@gmail.com-, de carácter benéfico, que se celebran en la finca l'Auba de Manacor, la clásica la pondrán la mezzosoprano María José Montiel y el pianista Miquel Estelrich.