José María Moreno, director artístico del Principal, posa para esta entrevista en la platea del teatro. | Pere Bota

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José María Moreno asegura que su llegada al Teatre Principal como director artístico obedece, en cierto modo, a la necesidad de «regeneración» de toda orquesta o teatro que se precie. Ni su curriculum ni su trayectoria han podido evadir la crítica, y hoy algunos reprochan su nombramiento a dedo como cargo de confianza. Pese a ello, positivo, defiende un proyecto económicamente responsable que dé visibilidad a los artistas locales, promocione el Principal exteriormente y que priorice la producción «creando espectáculos de gran formato».

-¿Por qué aceptó este cargo?

-Tengo un cariño enorme por este teatro. Entré con 15 años y estuve otros 15. Muy probablemente, si me dedico al mundo de la música es por cómo impregnó este teatro mi personalidad.

-¿Pensó algún día en llegar a este puesto?

-Sí. Supongo que ha sido una ambición.

-Ya está aquí, aunque no le faltan algunos detractores.

-Soy una persona muy optimista, vital y positiva. La crítica me enriquece y me gusta saber la opinión de la gente con el ánimo de evolucionar. No hay teatro en el mundo ni orquesta en la que no haya regeneración. Es importante para evitar el estancamiento, el estatismo y, como consecuencia, la decadencia.

-¿Asume así que en cuatro años le podrían sustituir?

-Evidentemente. Lo que me da pena es que se tienda a politizar el cargo. Es importante elegir a la persona idónea en base a su curriculum. Me sabe mal que se ponga el 'cartelito' de elegido a dedo, porque parece que no tengo méritos para estar aquí.

-¿Por qué no se hizo un concurso público?

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-Lo planteé. Pero en diez años, según me dijeron, tampoco se hizo. Las personas que están aquí han querido hacer lo que se hace en otros teatros y orquestas de España.

-¿Ha vuelto Silvia Corbacho, antigua asesora musical?

-Es una persona de gran sabiduría en el mundo de la ópera y vamos a contar con su asesoramiento. El teatro quiere recuperarla y legalmente es posible.

-¿Es injusto que digan que han despedido a ocho personas para contratarle a usted?

-No es responsabilidad mía. El teatro tiene que tener recursos para levantar cada día el telón. Si la plantilla estaba sobredimensionada, me parece una decisión acertada, aunque lamento el drama que supone para los trabajadores que han perdido su trabajo y lo han hecho todo por el teatro.

-¿Cuándo tendrá ayudante?

-Aún no ha sido nombrado. No será de inmediato. Pablo López es una persona preparada y con un perfil versátil.

-¿Cuánto tiempo lleva trabajando en la Temporada d'Òpera?

-Poco. Tenía algunas ideas en base a la estructura que ya tenía Xisco Bonnín. Se tuvo que modificar, aquélla temporada no era viable, se invertía mucho dinero. Lo viable es invertir en títulos que sí que generan beneficios. Carmen es viable porque tenemos la producción, pero no Tosca ni Nabucco . Hablé con los coristas y esa inversión de tiempo y trabajo no se puede perder, y en 2013, año Verdi, recuperaremos Nabucco .

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