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El lienzo The Stolen Mirror, de Max Ernst (1891-1976), ha protagonizado la primera gran subasta de la temporada de otoño en Nueva York tras venderse por 10,5 millones de euros en una puja en Christie's en la que las piezas más caras quedaron sin comprador.
«Es un cuadro que es una maravilla técnicamente, pero que también nos dice mucho de la biografía de Ernst», dijo el jefe del departamento de arte moderno e impresionista de Christie's, Connor Jordan. El lienzo se adjudicó muy por encima de lo estimado inicialmente, que era de entre 2,9 y 4,3 millones.
Otra de las obras más caras fue una escultura dorada con forma ovoide del artista rumano Constantin Brancusi, Le premier cri, que se adjudicó por 9,5 millones euros. No obstante, las piezas centrales de la puja se quedaron sin vender, como es el caso de una escultura de una bailarina del artista Edgar Degas, Pequeña bailarina, que, valorada entre 18,2 y 25,5 millones, era la estrella indiscutible.
Tampoco encontró comprador la escultura Femme de Venise VII, que Alberto Giacometti creó en 1957 y era otra de las piezas que partía con una valoración más alta, en concreto de entre 7,2 y 10,9 millones. Del mismo modo, una de las grandes apuestas de la noche, Femme endormie (1935), de Picasso, valorado entre 8,7 y 13,1 millones, se quedó sin vender. Sí cautivó su La femme qui pleure, I (1938), un dibujo que alcanzó 3,2 millones.
Las grandes ventas de arte continúan en Nueva York.; Una escultura de Henri Matisse, valorada entre 14,5 y 21,8 millones de euros, era la pieza central de la subasta que debeía tener lugar en la madrugada de hoy en Sotheby's.