Guillem Aulí, junto a algunas de sus obras. | M.A. Antich

TW
2

Guillem Aulí propone una «búsqueda interior» a través de su obra que está expuesta en la Galería Maneu (Montcada, 2), hasta el 31 de octubre.

El artista, nacido en Esporles, expone sus últimos trabajos, realizados durante 2011. El material del que están fabricadas las esculturas es, principalmente, plomo, en ocasiones combinado con otros materiales como espejos.

«Son creaciones muy potentes», comenta Aulí. «No soy un artista conceptual, y siempre busco la belleza en mi obra, aunque no siempre como todo el mundo la ve. Soy consciente de que mucha gente se lleva una primera impresión equivocada sobre lo que intento transmitir. Para mí la creación parte de un visión introspectiva, e intento hacerlo todo con mucha ternura y amor, pese a que algunos vean una obra oscura y tortuosa».

«He trabajado con plomo por su sencillez», explica el artista. «Tiene una textura que me gusta mucho, además de transmitir cierta austeridad. He de decir que siempre he sido muy físico, tengo la necesidad de tocar mi obra, de moldearla. El principio siempre es un boceto, que después llevo a las tres dimensiones, lo que me permite conectar mucho con mi trabajo».

«Siempre he sido muy autodidacta» expone Aulí. «Ha resultado un camino muy tortuoso, pero del que no me arrepiento. Además ahora que ya he estabilizado mi vida personal, creo que ha llegado mi momento. Tengo mucha fuerza y muchas ganas de seguir trabajando», concluyó.