Algunos momentos de la Nit de l'Art 2011. | P. Bota/ T. Ayuga

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El idilio que viven los galeristas con las nuevas autoridades del Partido Popular tomó ayer forma en una Nit de l'Art que si comenzó floja de público, luego fue ganando en consistencia. A las propuestas del circuito oficial se sumaron ayer muchos espontáneos. Algunos de nuestros artistas más consolidados mostraron sus nuevas creaciones después de un tiempo alejados de Ciutat y el arte joven tomó posiciones. Como aliciente, la música en las plazas y la aportación de la Asociación de Floristas con unos totems que hoy se expondrán en el Passeig des Born. No faltaron los políticos en masa y para rematar la velada, los indignados aguaron la visita del José Ramón Bauzà a es Baluard con una performance reivindicativa.

A golpe de 'tijeretazo', cerca de una decena de indignados reprochó a Bauzá los recortes en sanidad y otras áreas. La situación se solucinó con la rápida intervención de la Policia Local.

Indignaciones aparte, el arte en todas sus formas y lenguajes protagonizó una velada sólo apta para valientes, ya que pasear por Ciutat parecía una carrera de obstáculos.

Precisamente, el arte novel de la exposición Noves Presències y las propuestas de las galerías de Art Forana ocuparon La Misericòrdia. El vicepresident de Cultura de Consell, Joan Rotger, inauguró su estreno. No muy lejos de allí, en el Casal Solleric, el alcalde Mateu Isern y buena parte de su equipo -sí, cada uno a su negociado- contemplaron las esculturas, lienzos y dibujos de Alicia Martín, Liliane Tomasko y Josep M. Blanco Ibarz.