El bailarín y coreógrafo Carlos Miró, ayer en Palma.

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La Companyia de Dansa del Teatre d'Alaró ya forma parte del pasado. Las desavenencias entre su director, Carlos Miró, y la concejalía de Cultura del Ayuntamiento han llegado a un punto que parece no tener solución. La principal consecuencia ha sido que el teatro se ha quedado sin compañía y Carlos Miró recuperará el nombre de Puntiapart Dansteatre, que ya utilizó en el pasado.

¿Qué ha provocado esta decisión? Aunque una subvención del Circuit d'Arts Escéniques de Mallorca (CAEM) ha sido el detonante, los desencuentros llegan a raíz de la designación de Llorenç Perelló como concejal de Cultura. «El alcalde ha designado a un niño de 18 años para este cargo porque la Cultura no les importa», dice Miró.

En cuanto a la subvención (4.000 euros), las versiones son diferentes. Según Carlos Miró, el Ayuntamiento se había comprometido a destinarle una parte de ésta (400 euros) por dos funciones que la compañía hizo de espectáculo Moja Bieda . «Después de las elecciones dieron marcha atrás», dice al bailarín.

En cambio, tanto el alcalde de Alaró, Joan Simonet, como Llorenç Perelló explican que el problema de la subvención se inició porque Miró «no había declarado que había percibido dinero gracias a la taquilla». «El ayuntamiento prioriza las actividades que son gratuitas para destinar el dinero del CAEM», dice Simonet. «El Teatre d'Alaró no es el Principal ni lo será nunca. Nuestra filosofía se hacer que se emplee lo máximo posible, sobre todo por parte de entidades propias del municipio», dice el joven concejal.

Otro de los temas candentes es el de los desperfectos del edificio. «El teatro tiene muchos usos, pero cumple con toda la normativa de seguridad», dice Simonet, quien justifica en su coste el hecho de que nunca haya habido un técnico. «Estas funciones las ha hecho Llorenç, o incluso yo mismo». Lo que sí quiere dejar claro al alcalde es que el espacio escénico tiene todas las licencias y permisos.

La programación en teatro de Alaró continuará más allá de esta polémica. El presupuesto de este año es de 24.000 euros, de los cuales quedan 5.000 para programar espectáculos después de descontar los gastos dedicados a la electricidad, seguros, agua y reparación de desperfectos.