Carlos Grangel es el creador de algunos de los personajes más conocidos y entrañables del sector de la animación. Fotos: JAUME MOREY

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En 1989 Steven Spielberg puso el ojo en el creador de personajes Carlos Grangel. Desde entonces, este profesional ha aprovechado aquel tren al que se subió y con «mucha responsabilidad» se ha ganado la credibilidad, la confianza y el respeto de otros muchos grandes del sector del cine de la animación, como Tim Burton o Ridley Scott. En Palma, comparte, desde hace diez años, sus conocimientos con los alumnos del máster de animación Ma Isca de Ladat. Grangel, que ha trabajado ya para 28 reconocidas películas, nos cuenta sus próximos proyectos.

-¿Qué características debe tener hoy un personaje de éxito?

-Tienen que ser representativos de la personalidad que indica el guión, innovadores y con una forma gráfica elegante, que trasmita. Entonces, habremos conseguido un icono y, por tanto, casi asegurado una segunda parte, aunque no soy partidario de ellas. Decía Walt Disney que la vida es demasiado corta para contar una historia dos veces.

-Estamos empeñados en abusar de la fórmula del éxito.

-Sí, siempre le digo a mis alumnos que no hay que copiar, sólo observar y documentarse. Hay una tendencia a quemar las fórmulas y una gran falta de buenos guiones en Hollywood.

-¿Cómo valora la trayectoria del máster después de 20 años?

-La docencia en Ma Isca está basada en el mundo profesional. Los profesores invitados venimos de los grandes estudios para hablar de experiencias y conocimientos acumulados. Eso me anima a venir, es el único máster al que asisto, pero, sobre todo, valoro la calidad. Lo que se quiere aquí es primar la calidad y formar a un grupo competitivo. Ma Isca es un máster reconocido en todo el mundo y los alumnos son solicitados por muchos estudios. Es un certificado de calidad.

-De hecho, alumnos del Ma Isca están trabajando ahora en algunos de los más importantes estudios, como Daniel Peixe.

-Sí, me he encontrado a muchos muy ilusionados porque al final lo han conseguido. En Mallorca hay un importante caldo de cultivo de talento. En las Islas, en general, hay mucho potencial, son supercreativos y eso es algo que hablamos entre los profesores.

-¿Qué suele compartir con ellos?, ¿de qué les advierte?

-Siempre están deseosos de que les cuente anécdotas. Este es un mundo difícil, muy profesional y sin horarios. Además de las aptitudes y de estar preparados, en esta profesión influye también la suerte. Que pase algún tren. Eso sí, una vez que te dan una oportunidad no puedes fallar.

-Ha creado miles de personajes. ¿Nunca ha pensado en dirigir?

-Tengo algunas ideas, pero soy un poco tímido y sensato. Me ofrecieron dirigir La ruta hacia el Dorado , pero no tengo instinto suicida. No me considero un buen director, prefiero encerrarme en mi estudio y crear. Soy feliz con el 80 por ciento de lo que hago, aunque no siempre vea a los personajes representados como me hubiera gustado. Lo cierto es que una vez creados, son incontrolables. Están sujetos a un guión que suele modificarse.

-Cuando regrese a Barcelona, ¿qué le espera sobre la mesa?

-Tenemos varias cosas en marcha, ahora trabajamos para Dreamworks en una película que se estrenará en 2014. Este suele ser el ritmo de trabajo, entre 2 ó 3 años.