El joven Elbio Nery, ayer en Sa Nostra, donde pudieron verse sus animaciones. | M. À. Cañellas

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Lleva más de tres años estudiando en la Unitat d'Animació i Tecnologies Audiovisuals (LADAT) de la UIB y ayer, por primera vez, pudo exponer públicamente sus animaciones en el Centre de Cultura Sa Nostra de Palma, donde tuvo lugar una subasta benéfica de obras elaboradas por personas con trastorno espectro autista (TEA). Elbio Nery, un joven de 25 años con autismo, ha encontrado en la animación un medio de comunicación, un hobby y una profesión. Ayer, «ilusionado» explicaba que le gustaría dedicarse a ello.
Durante la puja, el Centro Gaspar Hauser otorgó una mención especial al trabajo de Nery, «un gran ejemplo de superación», reconocieron.
El joven, que vive tutelado por dicho centro, se traslada cada día hasta la universidad, donde en octubre, y gracias a una beca, podrá continuar su formación con el diploma universitario de animación tradicional 2D. Gran aficionado al cine de acción, Elbio Nery, que antes estudió un grado medio de recursos informáticos, no se decanta por una sola película de animación. «Me gustan muchas, la última que he visto ha sido Toy Story 3», dice antes de enseñarnos orgulloso el resultado de ArteAnimación, una secuencia a lápiz y color. Elbio Nery, que asegura que está muy contento con sus compañeros de LADAT, esboza una sonrisa cuando le preguntamos qué será lo próximo, y adelanta: «Un cortometraje que se llamará Ella, que es idea mía».