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Con 80 años recién cumplidos, Sean Connery acaba de anunciar que da por cerrada una de las filmografías más exitosas que jamás haya conocido un actor europeo.

Un trabajo, pese a sus muchos intentos por salirse del encasillamiento, eternamente ligado al personaje que lo consagró, allá por los años 60, el superagente con licencia para matar James Bond. La opinión es unánime: Connery ha encarnado como nadie la audacia, la seducción y el carisma del personaje creado por Ian Fleming. Curiosamente, su último trabajo ante las cámaras ha sido una destacada colaboración en el documental de Jane Armstrong El auténtico Bond .

El adiós artístico de Connery coincide con uno de sus momentos personales más complejos, con imputaciones por delito fiscal de por medio, que sin embargo no ha empañado el recuerdo de un trabajo interpretativo de indiscutible calidad. Llegó al cine en los 50 tras una breve experiencia sobre los escenarios londinenses. Su suerte cambiaría drásticamente cuando, al ganar un concurso organizado por el periódico London Express , se convirtió en protagonista de Agente 007 contra el Dr. No , su entrada, por todo lo alto, en la saga que le consagraría como nuevo ídolo de la gran pantalla. Su mezcla de rudeza y sofisticación, le convertiría en el Bond total, algo que quedó plasmado en aventuras como James Bond contra Goldfinger , Operación Trueno , Sólo se vive dos veces o Diamantes para la eternidad .

Profesional inquieto y ambicioso, no dudó en aceptar la llamada de Hollywood en su intento por romper con el estereotipo de agente secreto imbatible y mujeriego. En su periplo americano, coincidió con los más grandes, desde Alfred Hithcock a John Huston pasando por Martin Ritt, Lumet o Fred Zinnemann. Liberado finalmente de la sombra de Bond, compaginaría superproducciones europeas tan aclamadas como El nombre de la rosa con taquillazos como Indiana Jones y la última cruzada , donde encarnó al padre del famoso aventurero y arqueólogo, o Los intocables , tributo de Brian de Palma al cine gansteril por el que se llevó un Oscar por su composición del policía de la vieja escuela Jim Malone. Un tipo íntegro y valiente, tan del gusto de Connery.