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El circuito de Bellas Artes del Museu de Mallorca contará con 11 salas, que recorrerán las historia del arte desde los siglos XIII al XX, y entre las novedades destaca que incorporará una galería de retratos abierta a la luz natural y varios puntos de pantallas táctiles mediante los que se podrá «acceder a los fondos y profundizar en la información». El montaje, según explicó la directora del museo, Joana Maria Palou, «tendrá en cuenta la arquitectura del edificio» barroco y el museo contará con salón de actos.

Palou espera que las salas, a las que se incorporará también la remodelación de toda la zona de arqueología, puedan inaugurarse en 2010. Cabe recordar que en estos momentos en el museo se realizan obras de urgencia en la instalación eléctrica y el sistema contra incendios, a las que se le han ido añadiendo otras, como el laboratorio de restauración, y que después se acometerá «el proyecto más importante de rehabilitación del edificio, que incluye las cubiertas y la climatización».

Cuando todo ello finalice, el Museu de Mallorca «entrará en el siglo XXI», dice Palou, y los ciudadanos «notarán que ha cambiado». El recorte de un 11% en el presupuesto del Ministerio de Cultura «no afectará» a esta rehabilitación y modernización «porque no entran los museos», confía la directora.

En cuanto al discurso museístico de las salas, «de acuerdo con la museística actual, todas las disciplinas se presentarán integradas y se esponjará la exposición, ya que, actualmente, se pueden difundir los fondos de un museo sin tenerlos todos expuestos». Otra línea de trabajo básica ha sido que «el museo representa la cultura de Mallorca, tenemos piezas excepcionales y presentaremos lo mejor de lo mejor».

Las 11 salas se distribuirán de la siguiente manera: cinco de ellas acogerán el arte del XIII hasta 1500, incluida una sala para l'art del regne de Mallorca; otra se dedicará al XVI; dos, al barroco civil; otra al barroco y tardobarroco religioso; la citada galería de retratos y, finalmente, habrá «una sala comodín y complementaria para obras del fondo».

Palou, que ya escoge colores para las paredes de estos espacios, cita algunos cambios que serán evidentes: «Por ejemplo, la sala barroca es un espacio inequívocamente civil, por lo que se cargarán las tintas en este aspecto, las piezas estarán en un ambiente que originariamente podría haber sido el suyo».

En cuanto a las salas de arqueología, se hará «una reinstalación» pues por motivos estructurales del edificio se mantendrán los espacios y el circuito, pero primará «más lo antropológico que lo arqueológico», es decir, se expondrán las piezas «explicando para qué servían y cómo se utilizaban».

Finalmente, la última planta se dedicará a las exposiciones temporales.