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El equipo del MAIFF se reúne estos días en Palma trabajando en el diseño del programa de acciones que les ocupará durante el año y medio que resta para que el encuentro cinematográfico eche a andar en abril de 2011.

El Mallorca International Film Festival (MAIFF) toma forma, perfila sus secciones, sus actividades complementarias, su campaña de presentación y promoción, y cientos de detalles con los que la dirección pretende conformar un producto de calidad, respetable, de repercusión en la industria y beneficioso para la Isla.

La iniciativa del director de cine catalán afincado en Sóller David Carreras, respaldada por «un gran equipo de profesionales», inicia su recorrido con la definición estos días de su estructura y sus contenidos, así como del calendario promocional que desarrollarán a nivel nacional e internacional en eventos cinematográficos y turísticos.

Los profesionales Cuki Pons, Marta Herrero, Néstor Calvo, Carlos Devesa, Josep Rosell, Jordi Carreras, Ana Vicente, Javier Deudero, Elena Manrique, Juan Jiménez y David Carreras, entre otros, perfilan este encuentro, que cuenta con el apoyo de la Conselleria de Turisme del Govern balear y varios patrocinadores internacionales.

El MAIFF está financiado en un 70 por ciento con capital privado y un 30 institucional. «Esto no ha sucedido antes porque no había un equipo como éste detrás ni unos políticos con valor para apostar por ello», reconoció Carreras, quien destacó también la valentía de las empresas que les apoyan.

La primera cita promocional tendrá lugar en noviembre durante la World Travel Market de Londres y, en enero de 2010, estará presente en Fitur. Sin embargo, el MAIFF se presentará mundialmente en febrero de 2010 en la Berlinale, en un acto que tendrá lugar en el teatro Friedrichstadt Palast de Berlín. «El festival rendirá un homenaje a la Berlinale con motivo de su sesenta aniversario», explicó Carreras.

El festival de cine de Mallorca nace con una identidad claramente internacional y con la meta de «conseguir el respeto de la industria», explicó Esther Manrique. Para ello, se aplican duro en varios conceptos: ser escaparate del cine, un punto de encuentro profesional y un producto lúdico, que se complementará con exposiciones, talleres o conciertos, además de su glamourosa alfombra roja.

La dirección del festival destaca el valor turístico de esta cita, que contribuirá a «desestacionalizar la temporada» y a atraer a un nuevo perfil de visitante, atraído por el cine y la cultura. De este modo, prevén que el festival aporte a la Isla «unos 80 millones de euros y que genere nuevos puestos de trabajo en diferentes sectores», comentaron.