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Las restauradoras del taller diocesano, dirigidas por Antònia Reig, se encuentran trabajando desde ayer por la mañana en la reparación y el saneamiento del retablo neogótico de Sant Josep de la Seu.

Un descuido de un trabajador provocó en abril del año pasado una gotera en la bóveda de la capilla, situada en la nave izquierda de la Catedral, lo que afectó a buena parte del mueble y a las imágenes que se encuentran en él. «Los trabajadores de una empresa de Barcelona estaban realizando entonces unos estudios sobre la Catedral y con intención de medir las vibraciones sobre la Seu instalaron unos postes en los tejados», explicó Joan Bestard, responsable de obras. Una vez finalizado el estudio, el trabajador olvidó cerrar ese agujero. «Esa noche hubo una tormenta y, al día siguiente, el agua llegaba hasta los bancos», comentó Bestard, quien sostuvo que la policromía se ha visto afectada por las humedades.

La restauración y recuperación de las zonas afectadas, asumidas finalmente por el seguro, ascienden a unos 12.000 euros, y el trabajo se prolongará durante unas tres semanas, afirmó Antònia Reig, quien explicó que ayer se dedicaron principalmente a «aspirar el polvo y la suciedad» del altar neogótico.

Además de subsanar los desperfectos sobre el retablo, Bestard aseguró que aprovechará para adecentarlo.