TW
0

La fantasía y el arte, la literatura y la pintura, la pluma de Rosa Maria Colom y el pincel de Joan Miró caminan inseparables en la última obra de la escritora mallorquina, la fábula Carlota, Joan Miró i l'ocell del rellotge suís, que ha editado Promomallorca Edicions con prólogo de Gabriel Janer Manila.

Un total de veintitrés cuadros, correspondientes a diferentes etapas de Miró, acompañan al texto de Colom, en el que el artista es uno de los protagonistas.

En el libro especial, la portada del mismo se presenta con la obra Deux personnages et la lune, de Miró, una acuarela sobre papel del año 1954.
«Es una obra didáctica en la que presento a un Miró ingenuo, poético, amante de la naturaleza y de los animales», reconoció la autora, quien explicó que la historia se centra en un murciélago que busca reencontrarse con su pasado, con su propia identidad y alcanzar la belleza a través de los pinceles del pintor. «En la fábula, Miró y Carlota, el murciélago, tienen algo en común y es que eran bellos por ellos mismos». Algo que queda reflejado a través de las líneas de este cuento, que finaliza con una moraleja: el tiempo es cada vez más importante, «en el libro se demuestra que es posible parar el tiempo y es una realidad porque Miró aún está vivo».

Después de muchos años trabajando sobre este texto que «he releído y retocado en muchas ocasiones», Rosa Maria Colom ha conseguido hacer realidad este libro, «ni en sueños pensé que llegaría a tener esta obra entre mis manos», confiesa la escritora. La implicación y el interés del Grup Serra por la cultura y el arte plástico queda patente, una vez más, con la edición de esta publicación, que será una de las felicitaciones navideñas de la empresa.

La escritora explicó que la finalidad de la literatura infantil y juvenil es divertir y destacó que «cuando un niño se enamora de un libro, se enamora de la literatura para siempre». De este modo, Rosa Maria Colom invita, a través de la originalidad de esta obra, a la lectura y asegura que sería interesante que llegara a las aulas por su gran capacidad didáctica.

El reloj de Miró sigue marcando puntualmente la obra de nuestros artistas.