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M.GARCIAS El enérgico compositor rumbero Melendi se despachó anteyer con un concierto previsto para dos horas, en hora y media. El asturiano se hizo con el escenario en menos de lo que la vista de cualquier espectador tiene capacidad para reaccionar ante la presencia de su ídolo. El impacto lo combinó con dos piezas de rock duro que abrieron un concierto que apensa pasó de las 00.00 horas. Gangs of London y Arriba Extremoduro unieron en aplausos y gritos de: «Queremos un hijo tuyo» o «tío bueno» a un público de unas 5.000 personas en el parque de sa Torre de Felanitx.

Con un bajo, dos guitarras eléctricas, una española, batería, percusión y tres coristas flamencas, Melendi no paró de evocar a la luna en la mayoría de sus rumbas, que siguieron a la sesión de rock. Entre ellas, Kisiera yo saber, Con sólo una sonrisa, Quiero ser feliz, Volantes pa la falda mi gitana. Es decir, unas dedicadas a la mujer que ama, o mejor dicho , a sus fans; otras, como Locos, Calle la Pantomima, Andadas, Mientras no cueste trabajo o El Mesías de Vallecas, dirigidas a una ideología de vida que se reflejó en un público mallorquín original en crestas y rastas.

Antes de cualquier canción romántica y para animar a los jovenes, el asturiano introducía una coletilla en la que decía: «Alcohol, alcohol, hemos venido a emborracharnos y el resultado nos da igual».

Melendi tambiérn tocó canciones de sus otros discos como Como dijo el rey, El informe forense, Echarte a suertes, Que el cielo espere sentao o Desde mi ventana y en acústico.

Cuestión de prioridades fue dedicada al proyecto Unidos por la infancia, unidos contra el sida de Unicef. Para la ocasión, se cambió de camiseta, de una negra a otra amarilla con el logo del organismo, se arremangó, y así, con su estilo callejero, sus rastas pantojeras y una presencia que abarcó todo un escenario de más de 40 metros, se metió a los felanitxers en el bolsillo.