Buika, la propuesta más autóctona del Festival. Foto: PILAR PELLICER

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FERRAN PEREYRA

En su nuevo envite, el Jazz Voyeur Festival se ha adentrado en la propuesta más autóctona del cartel. Una elección tal vez promovida más por la repercusión y espectacularidad alcanzada en su última incursión discográfica y encumbrada por los distintos medios de comunicación, que por su verdadera calidad musical.

Y es que el planteamiento de la mallorquina Concha Buika, aun constituyendo un referente a tener en cuenta para cualquier festival suficientemente extenso y de limitada exigibilidad, difícilmente soporta el peso de una jornada con el actual planteamiento del Festival; pues a concierto por mes, no se pueden permitir jornadas de trámite como la vivida el pasado sábado en el Teatre Principal, en la que el ruido superó con creces al número de nueces.

Pero claro, la cantante estaba con su público, ese que la ha visto crecer artísticamente y al que no le importó pagar una cara entrada del Principal cuando no hace demasiado tiempo podía escucharla en los baretos de Ciutat, y aunque no lograra agotar todo el papel puesto a la venta, como ha sucedido en algún que otro concierto foráneo, la respuesta resultó suficientemente significativa.